Europa afronta hoy las críticas cumbres de jefes de Estado y de Gobierno de la UE y de la zona monetaria del euro que deberían despejar todas las incertidumbre sobre la crisis de deuda soberana y sobre recapitalización bancaria. Pero probablemente no sean tan decisivas como se esperaba.

Aunque Roma prometió ayer que aplicará ajustes -que Berlusconi no precisó- tras la grave división interna en el consejo de ministros italiano, Alemania ya anticipó que la de hoy no podrá ser la cumbre definitiva. Se necesita más tiempo para reformar el fondo europeo de rescate, dijo Gerda Hasselfeldt, líder parlamentaria de la Unión Socialcristiana (CSU), el ala bávara del partido de Merkel.

Además, la reunión convocada también para hoy del Ecofin (los ministros de Economía de la UE), y que iba a preceder a la cumbre, fue suspendida porque no había garantías de que pudieran estar listos a tiempo los detalles de un acuerdo.

Europa sigue inmersa en una alta indefinición. Aún resuenan los reproches del presidente francés, Nicolas Sarozky, al primer ministro británico, David Cameron. Ayer la canciller alemana, Angela Merkel, mostró su oposición en público a que la UE inste al Banco Central Europeo (BCE) a que siga comprando la deuda de los países del euro con problemas. Esta petición, que aparece en el borrador previo del posible comunicado final del Consejo Europeo de hoy, fue desautorizada por Merkel: "Esta frase no está acordada con nosotros", dijo. Y precisó que Alemania no quiere que los políticos digan a la autoridad monetaria europea lo que tiene que hacer.

Las otras medidas que se prevén son un impago ordenado del 50% de la deuda griega para que el país puede llegar a pagarla, la recapitalización de los grandes bancos con alrededor de 100.000 millones con el fin de que resistan la crisis y una suspensión de pagos parcial de Atenas y un refuerzo del fondo de rescate para frenar el contagio a España e Italia, que podría llegar a 1 billón de euros mediante endeudamiento.

El principal desacuerdo parece residir en el papel que haya de tomar el Banco Central Europeo (BCE). Alemania rechaza que el Eurobanco debe seguir comprando bonos españoles e italianos, mientras que el resto de países considera que sin el BCE el plan anticrisis no tendrá credibilidad en los mercados y fracasará.

El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, criticó que la UE no haya tomado antes medidas contra la crisis y pidió más solidaridad. Pero confió en que la cumbre permita "pasar página" en la crisis de la economía griega y apeló a la unidad de su partido para aprobar las medidas de austeridad.

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, criticó en el Parlamento Europeo que la UE pretenda salir de la crisis económica "convocando cumbre infinitas". Por su parte, el presidente de la CE, José Manuel Durão Barroso, sostuvo ayer que es "momento de acabar con las incertidumbres".

Apenas dos días después de alabar los "esfuerzos" del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del líder de la oposición, Mariano Rajoy, por haber sacado a España de "primera línea" de la crisis, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha puesto al país como modelo a evitar.

El presidente galo criticó ayer los modelos económicos con los que España e Irlanda, ambos con una gran dependencia del sector inmobiliario y de la deuda privada, fueron tildados de "milagro" desde mediados de los 90.

"Mirad cómo cambian las cosas de rápido", dijo Sarkozy. "Se hablaba de España como de un milagro hace dos o tres años. Y se hablaba de Irlanda como de El Dorado. ¿Quién querría ahora estar en esa situación?", declaró en un discurso público en Carcasona.

"Durante décadas se hizo como si se pudieran evitar las reglas del sentido común, y los países que no se despertaron a tiempo ahora no pueden afrontar la situación", añadió el presidente de Francia.

"Un país que no hace el esfuerzo para controlar sus gastos es un país que ha dejado de ser independiente", advirtió Sarkozy, quien criticó junto a Merkel al Gobierno italiano en el Consejo Europeo celebrado el pasado fin de semana.