Que el negocio financiero no está para muchas alegrías, es más que una evidencia. A las entidades les falta financiación porque los préstamos en los mercados mayoristas cotizan por las nubes, pesa demasiado la sombra de la morosidad y los primeros que recelan de la petición de un crédito son los clientes y su incertidumbre por la evolución de la crisis. El dinero parece un bien escaso y todo el sector tiene el ojo puesto en la captación de ahorro. El pilar de su actividad, sin riesgos. Fíjense en los escaparates de las sucursales de cualquier firma. Televisores, tabletas electrónicas, bicicletas u ordenadores. Una amplia gama de regalos por el traslado de la nómina o la apertura de cuentas, bajo la promesa, además, de remuneraciones históricas aunque a la larga eso suponga un lastre. En plena reestructuración de las cajas, la competencia saltó por los aires con la todavía polémica guerra del pasivo, todavía más intensa en el proceso de bancarización que sufrió la inmensa mayoría. Entre las polémicas, la desconfianza generada en el consumidor hacia esa parte del sistema y la propia situación de la economía, la pérdida de depósitos es una tónica en su día a día. Intensa en el tercer trimestre del año, con una caída generalizada y que llega al 7,7% en el caso de Novacaixagalicia, el mayor recorte entre las principales entidades, precisamente en los dos meses previos a la creación de Novagalicia Banco.

El volumen al cierre de agosto se quedó en 46.309 millones de euros, según recoge la patronal del sector, la CECA. Son datos del balance individual, de su negocio propio, el que gestiona directamente, al margen de lo que le corresponde por sus empresas participadas. El mínimo desde la fusión y un nivel inédito en los últimos años con la suma de las dos cajas por separado. En junio, cuando la entidad anunció su récord histórico en la captación de clientes, los depósitos ascendieron a más de 50.170 millones de euros. Desde entonces, la reducción supera los 3.800 millones de euros.

La reducción afecta también al crédito, previsiblemente influido por el recorte impuesto en la entidad entre los grandes préstamos para equilibrar los activos ponderados por riesgo y ganar solvencia. 2.200 millones de euros menos en esos dos meses, un 4,2%, hasta un total de 49.382 millones.

La partida que suma los depósitos de la clientela no incluye exclusivamente el ahorro minorista. Ahí están también las operaciones que se realizan en el mercado para conseguir fondos, las subastas de liquidez, el saldo que se mantiene con las administraciones públicas -y la operatoria con organismos como el Tesoro Público- y, por supuesto, las cuentas a plazo que tengan las empresas. Cualquiera de estos tres tipos de clientes tienen, según apuntan fuentes del sector, una elevada volatilidad, lo que unido a la famosa guerra del pasivo y la continuación de las dudas alrededor del futuro del proyecto salido de Novacaixagalicia explican que sea la entidad con el desplome más alto.

A las estadísticas de la CECA se unen los mensajes que no pocas grandes entidades lanzan cuando alguno de sus principales directivos se pasea por Galicia. El objetivo de seguir creciendo en una comunidad tradicionalmente ahorradora y con las tasas de morosidad más discretas en el preocupado panorama nacional. El presidente del BBVA lo afirmó públicamente y el Santander o La Caixa llegaron a mostrar tímidamente el interés por oficinas de la red regional de Novacaixagalicia. Uno de los grandes beneficiados del trasvase de cartera es claramente el Pastor. Su cúpula asegura que desde el inicio del año ganó 20.000 clientes, principalmente a costa de la entidad surgida de la fusión de las dos cajas gallegas, de donde viene casi la mitad de los particulares que arañó en el último ejercicio hasta alcanzar una cuota de mercado del 11,4% -la subida en los depósitos es de casi un 6%- y consolidar su intención, con la integración en el Popular, de superar el 20%.

La última circular de los representantes de UGT en la caja gallega se hace eco también de las peticiones de efectivo que, supuestamente, se reciben en las oficinas, vinculado a las participaciones preferentes y obligaciones subordinadas. "Ambos productos en su día se colocaron, y no nos engañemos, como cuentas de plazo con un tipo de interés muy goloso y disponibilidad inmediata", apunta el sindicato, que recuerda que fue una práctica común del sector para reforzar los recursos propios con "todas las bendiciones del regulador". "Actualmente y con lo que está lloviendo, con incidencia especial en las oficinas, -continúa la organización-, no podemos dejar de atender estas solicitudes, sobre todo por la imagen que podemos trasladar a nuestra clientela". UGT trasladó el problema "al máximo responsable" para que "tome cartas en el asunto". "Y nos consta -añaden- que lo está haciendo".

Con la misma referencia temporal, los meses de julio y agosto, la siguiente entidad que mayor recorte experimentó en el capítulo de los depósitos para la clientela, según la información divulgada por la patronal de cajas, es la unión de Caja España y Caja Duero, con un 5,4%. En tercer lugar está Caixabank, el banco de La Caixa, donde el descenso alcanzó el 4,5%. En CatalunyaBank, que arrastra una fusión también polémica y que, al igual que la entidad gallega, está participada por el FROB -un 89,9%-, la caída se situó en el 3%. Ibercaja y BBK, dos de las entidades más saneadas del país, superan el 2%. Unnim, la otra integración catalana y propiedad al 100% del Estado, registró un recorte del 1,9%. Banca Cívica y Cajamurcia del 1,7%, Liberbank del 1,1% y Bankia del 0,2%. Entre las grandes, solo Unicaja -a punto de convertirse en la tabla de salvación de la fusión leonesa- consigue escapar de la tendencia y sus depósitos crecen un 1,6%.