Una vivienda de diseño, prefabricada en hormigón, totalmente personalizada y finalizada en 14 semanas por menos de 100.000 euros. Esto es lo que ofrece la firma Aplihorsa, con sede en Carballo. El suelo va aparte.

La compañía, del grupo Invertaresa, ha diseñado 24 módulos de hormigón con los que los clientes pueden configurar su casa, como si fuera el popular juego del Lego, al elegir las piezas que conformarán la construcción. También pueden elegir los acabados exteriores e interiores. A las 14 semanas, el comprador recibe su vivienda lista para entrar. Se entrega con cocina equipada, al igual que los baños. La casa sale completamente terminada de la fábrica y dos semanas después de llegar al solar, donde se ensamblan los módulos de hormigón, se puede ya vivir en ella.

"No puede uno quedarse en una mecedora. O hacemos innovación o ya sabemos cuál es el futuro", reconoce Roberto Díaz-Rincón, presidente del grupo Invertaresa, cuando se le pregunta por el nuevo modelo de negocio que emprende en un sector como el de la construcción tan castigado por la crisis. "Tienes que tener valentía", asegura.

El sistema modular de Aplihorsa también permite que si en el futuro los clientes quieren añadir una nueva habitación, un garaje o un porche lo puedan hacer sin problemas, añade José Manuel Ferreira, director de Aplihorsa. La firma también ofrece la posibilidad de desmontar la casa y trasladarla a otro sitio, aunque esta operación es más complicada y costosa.

La empresa coruñesa ofrece tres modelos de viviendas a los que se les puede añadir los módulos que se quieran: la Urban tiene dos dormitorios y 103 metros cuadrados. Su precio parte desde los 99.950 euros. La Family cuenta con tres dormitorios y 127 metros cuadrados. Su coste, a partir de los 126.900 euros. Aplihorsa también comercializa un modelo de dos plantas, de dos, tres o cuatro dormitorios. Su precio parte de los 135.600 euros.

¿Y cuáles son las ventajas del nuevo sistema con respecto a otras viviendas prefabricadas? "Nosotros realizamos todo el proceso de construcción -explica Roberto Díaz-Rincón- con un planteamiento industrial sometido a los estándares y controles de producción en planta. Por eso se reducen los plazos de ejecución (en más de un 75%) con respecto a una vivienda tradicional, no hay riesgo de que las inclemencias meteorológicas retrasen la obra y el control de la calidad es mayor" gracias a la sistematización de los procesos y la homologación de cada uno de los módulos. Otra de las ventajas es que la firma garantiza que no habrá incrementos de coste, ya que son cerrados.

Aplihorsa, que lleva 60 años construyendo prefabricados de hormigón y dos desarrollando este nuevo producto, realizará la venta de las viviendas bajo pedidos. En esta nueva unidad de negocio, la firma ha invertido 600.000 euros. Ferreira asegura que la fábrica de Carballo tiene capacidad para construir 30 o 40 viviendas al año, aunque la producción se puede ampliar. La primera casa está previsto que se entregue a comienzos del próximo año.

Todas las empresas que participan en la construcción de la casa (electricistas, pintores, mueblería, electrodomésticos, grifería...) son de la comarca de Bergantiños. La firma prevé que este nuevo sistema modular genere medio centenar de puestos de trabajo directos o indirectos. "Es una forma de exportar mano de obra de Galicia", explica Díaz-Rincón, quien apunta que el mercado al que se dirigen es el nacional, sobre todo Cataluña y el País Vasco, e internacional (Francia).