El tejido empresarial gallego, lejos de iniciar una leve recuperación, ahonda su crisis mes a mes. La sangría de sociedades gallegas que cierran sus puertas acuciadas por la crisis no tiene freno. El pasado mes de noviembre, 122 compañías de la comunidad decidieron echar el cierre, un 27,08% más que en el mismo periodo de 2010 cuando se disolvieron 96. Galicia es la quinta autonomía en la que más sociedades mercantiles desaparecieron en el undécimo mes de 2011, por detrás de Madrid (331), Cataluña (238) Andalucía (228) y Comunidad Valenciana (176). La cifra es más preocupante aún si se compara con la media estatal, ya que en toda España los cierres sólo crecieron un 4,9%, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los expertos consideran que la situación no mejorará a corto plazo. Los sindicatos, a su vez, aseguran que la política del Gobierno central y de la Xunta "no contribuirá" a la recuperación económica.

La creación de las nuevas empresas tampoco es alentadora, ya que en total se registraron 346 nuevas sociedades en Galicia durante el pasado noviembre, un 1,4% menos que doce meses antes. Con respecto al mes anterior, se constituyeron un 23,13% más, pero las empresas disueltas registraron un incremento del 2,52%. En el conjunto del Estado, el número de nuevas compañías aumentó en 7.245, un 8,4% en términos interanuales. El capital suscrito medio por las sociedades que se crearon en la comunidad gallega en noviembre cayó un 60,5% respecto al mismo mes de 2010, al situarse en los 33.465 euros.

La provincia de A Coruña encabeza la creación de nuevas compañías en Galicia, con 146 registradas en noviembre, seguida de Pontevedra (134), Lugo (34) y Ourense (32). A Coruña también lidera las ampliaciones de capital, con 59 sociedades. En lo que respecta a las disoluciones, Pontevedra es la provincia que más empresas destruye, con 59 sociedades mercantiles clausuradas, seguida por A Coruña (38), Lugo (14) y Ourense (11).

El presidente de la Cámara de Comercio de A Coruña, Marcelo Castro-Rial, asegura que la provincia, aunque no "está bien", está mejor que el resto de Galicia. El empresario coruñés apuesta por la exportación como antídoto contra la crisis y evitar el cierre de empresas y la destrucción de empleo. En su opinión, el Gobierno central ha tomado medidas "contundentes", pero debe "concluir la reestructuración del sistema financiero" para que el crédito fluya a las empresas y a los consumidores.

Los sindicatos discrepan. UGT-Galicia considera que la respuesta del nuevo Gobierno, "con un paquete de recortes injustos, picoteo fiscal y la obsesión por las políticas de ajustes que imperan en toda Europa, en nada va a contribuir a la recuperación económica y, por lo tanto, del empleo". La central denuncia también la caída de la producción industrial en Galicia (-7,1%) y cree que los nuevos ajustes no ayudarán a su recuperación. También critica a la Xunta por apostar por unos presupuestos que le dan "la espalda a un modelo sostenido de crecimiento económico y del empleo, al estado del bienestar, a la protección social y a un modelo más tecnológico y con más valor añadido".

La secretaria de empleo de CCOO-Galicia, Maica Bouza, cree que no hay una "apuesta de apoyo firme y específica a los sectores claves de la economía gallega por parte de la Xunta". La sindicalista asegura que esta situación se refleja tanto en las elevadas disoluciones de las empresas como en la caída de la producción industrial, dada la concentración sectorial. "Los sectores tradicionales (naval, textil, automoción, construcción, etc.) son los más afectados en la actualidad y no hay un impulso específico por parte de la Xunta", señala. Bouza también critica la "falta de liquidez" que sufren tanto las empresas como los consumidores. "Hay un problema financiero global que influye más en Galicia, donde hay más pequeñas empresas que tienen una mayor dificultad de financiación", apunta.

Los expertos consultados aseguran que los últimos datos aportados por el INE son "coherentes" con la situación de la economía gallega. Luis Otero González, profesor del departamento de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidade de Santiago, asegura que el cierre de muchas empresas se debe, en parte, a los elevados costes y la alta morosidad, que deriva de la falta de financiación. Otero considera imprescindibles la "estabilización del mercado de deuda soberana y la fluidez del crédito" para que se aprecie una "evolución en la creación de empresas", aunque prevé más cierres en 2012 por la caída del Producto Interior Bruto (PIB). "Este año habrá menos dinero y más recortes del gasto público", augura.

Iván López Martínez, profesor de Economía Aplicada de la Universidade da Coruña, comparte su opinión y muestra cierto "escepticismo" en que la reforma laboral logre crear empleo y evitar la desaparición de empresas, algo que, a su parecer, sólo se consigue con crecimiento económico. "En 2012 nos encontraremos con datos similares en cuanto a destrucción de empleo y de tejido empresarial. Hay que buscar factores de crecimiento económico desde el exterior. La resolución de la crisis del euro y de la deuda y la reestructuración del sistema financiero ayudarán a recuperar la confianza, y eso será más influyente que un cambio en las normas laborales", argumenta.