La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, atizó ayer la discusión sobre la eficacia de los mecanismos que la Unión Europea (UE) ha diseñado para contener la crisis de deuda soberana y socorrer a los países en dificultades. Lagarde abogó por "aumentar" los fondos de rescate europeos y lo hizo advirtiendo de que la capacidad de esos "cortafuegos" resulta insuficiente ante el riesgo de que países como España e Italia pueden verse arrastrados a una crisis de liquidez.

El FMI cree que, con una recesión en ciernes y con la crisis de deuda soberana sin cerrar, cabe la hipótesis de que la tercera y la cuarta economías del euro lleguen a tener dificultades insalvables para financiarse en el mercado en condiciones asumibles". En una conferencia en Berlín, Lagarde señaló: "Son necesarios cortafuegos más fuertes. Sin ellos, países como Italia y España, que son fundamentalmente capaces de pagar su deuda, podrían incurrir en un problema de falta de liquidez por culpa de una situación anormal en los mercados", aseguró.

Lagarde subrayó el carácter "esencial" que podría desempeñar el Banco Central Europeo (BCE) a la hora de suministrar la liquidez necesaria para estabilizar la financiación de la banca y los mercados soberanos de deuda.

La intervención de la directora francesa del FMI se produjo en vísperas de que la institución internacional publique la actualización de su informe de perspectivas económicas mundiales, donde la propia Lagarde ha confirmado que se producirá un generalizado recorte de las previsiones de crecimiento.

Previamente a las manifestaciones de Lagarde, el primer ministro italiano, Mario Monti, se había mostrado partidario de duplicar el nuevo fondo de rescate. El llamado Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM por sus siglas en inglés), diseñado con una dotación de 500.000 millones, reemplazará el próximo julio al actual Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF por sus siglas en inglés).

La propuesta de Lagarde agitó la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro que ayer se celebró en Bruselas. Y han quedado al aire de nuevo la resistencia de los países del Norte a empeñar más recursos para auxiliar a las economías en dificultades.

Alemania, Austria y Luxemburgo se han mostrado de nuevo como los países más reticentes a "inyectar sin final" recursos para fortificar ese ariete anticrisis.

La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que no es el momento de debatir un posible aumento del capital fondo de rescate de la zona euro e incidió en que la prioridad es asegurar la efectividad del actual, así como la rápida puesta en marcha del próximo fondo permanente.

En rueda de prensa con el primer ministro belga, Elio di Rupo, Merkel también apuntó que no había posibilidad de extender el préstamo puente a Grecia si continuaban sin fin las negociaciones con sus acreedores privados sobre la quita de su deuda, como algunos medios han publicado.

"Ahora la prioridad es poner en marcha el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), terminar las negociaciones y ver cuánto capital podemos aportar", afirmó Merkel.

Los ministros de Finanzas de Austria y de Luxemburgo se mostraron a favor de unos fondos de rescate fuertes, pero sostuvieron que aumentar las contribuciones sería un problema para muchos países. "Es un camino muy difícil; cuando más dinero hay en los fondos mejor funcionarán como cortafuegos, pero no se puede aportar dinero hasta el infinito" , señaló el ministro luxemburgués de Finanzas, Luc Frieden, a su llegada a la reunión del Eurogrupo.