La Xunta sacó ayer una lectura positiva del decreto del Gobierno central que anula, de forma temporal pero indefinida, las primas a las nuevas instalaciones de energías renovables a pesar de que deja fuera todos los megavatios del concurso eólico gallego y otros mil más en tramitación de adjudicaciones anteriores. Considera que es una "oportunidad" para desarrollar el concurso eólico con todas las garantías y sin alterar los plazos. Su argumento es que como son los parques más eficaces y productivos de España, debido a las horas de viento, pueden "beneficiarse" de un "régimen económico específico" previsto en el real decreto para determinadas excepciones. En el caso gallego, esa "alta eficiencia" del sector eólico sería la causa de su singularidad, y por eso la Xunta ha remitido al Ministerio de Industria dos propuestas para reconocer su rentabilidad: una sería manteniendo el 70% del importe de las primas actuales y la segunda consistiría en garantizar durante veinte años un precio mínimo de mercado en el pool donde se subasta la electricidad generada.

Estas dos alternativas fueron enviadas por carta por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al ministro de Industria, José Manuel Soria, cuyo departamento, consultado ayer, no se pudo pronunciar sobre la viabilidad de ninguna de las dos propuestas. Por su parte, el conselleiro de Economía, Javier Guerra, ha solicitado una reunión con el secretario de Estado de Energía para iniciar las negociaciones.

Tanto Guerra como su director xeral de Industria, Enerxía e Minas, Bernardo Tahoces, sostuvieron que este tratamiento singular para los parques eólicos de Galicia -no por su condición de gallegos, sino por su "alta eficiencia"- tiene cabida al amparo del artículo 3.3 del real decreto que puso fin a las primas a las energías renovables porque establece, según la Xunta, la posibilidad de fijar un régimen económico específico para determinadas instalaciones. Por esta vía, la Xunta quiere colocar los 2.325 megavatios del concurso y otros mil de adjudicaciones anteriores. Sin embargo, en su comparecencia ante la comisión de Industria del Congreso, el ministro declaró que este artículo estaba pensado para Canarias, donde su insularidad determina su modelo energético. "Este artículo y el párrafo no son casuales", dijo. No obstante, fuentes del Ministerio aclararon posteriormente que a este régimen se podrían acoger otras excepciones, si bien no las precisaron.

En cuanto al sistema de primas, Soria aseguró que el actual modelo no se mantiene y que el Estado ya no puede "seguir incentivando" las energías renovables. Por esta razón, la propia Xunta da menos posibilidades de triunfo a su propuesta de mantener los incentivos. Lo que plantea el Ejecutivo gallego es que para los nuevos parques que se autoricen antes del 31 de diciembre de este año con una producción superior a las 2.500 horas por año -la Xunta prevé hacerlo con la práctica totalidad de los que están en tramitación administrativa-, se les reconozca el 70% de la prima actual, que se rebajaría al 50% para los parques que se autoricen posteriormente, "aquellos que pueden quedar descolgados por la tramitación ambiental", matizó Tahoces. "Se trataría de un aterrizaje suave para el sector", añadió Guerra.

Sin subvenciones

Pero en la propuesta que tiene más confianza la Xunta, por resultar más viable, es la que en un marco sin incentivos, el Gobierno se "garantice" durante un plazo de 20 años, la vida útil de los aerogeneradores, la percepción de un precio de mercado con su consiguiente evolución. Sería algo así como establecer un precio mínimo por la venta de electricidad. Actualmente este precio varía entre los 55 y los 60 euros por megavatio y solo con ello, según la Xunta, los parques del concurso eólico ya serían rentables.

"Lo que planteamos es beneficioso para nuestro concurso porque los parques son los más eficientes de España y el decreto es una oportunidad para ello", destacó Guerra, quien admitió que los promotores tendrán dificultades de financiación, como todos los demás sectores en un momento de recesión económica, si bien advirtió que cuando se presentaron al concurso ya sabían que el modelo de primas se tenía que revisar y que nadie sabía cómo iban a quedar en el momento en que se autorizaran las nuevas instalaciones.

Pese a que las propuestas de la Xunta buscan un tratamiento diferenciado para el sector eólico gallego que en el real decreto del Gobierno no aparece, Tahoces negó con rotundidad que pudieran ser interpretadas como una crítica al Ministerio. "No es una enmienda a la totalidad ni nos estamos descolgando, sino que estamos haciendo algo que se nos posibilita", declaró el director xeral.

Pese a que el sector considera que la suspensión de las primas deja en grave riesgo las inversiones asociadas a los parques eólicos, la Consellería de Industria cree que no hay motivos para la preocupación y que el concurso eólico podrá seguir su calendario sin alteraciones. El conselleiro Javier Guerra descartó por eso ampliar los plazos o rebajar el nivel de inversiones que tienen comprometidas los promotores, que entre la construcción directa de los parques y los proyectos industriales asociados rondan los 6.000 millones de euros.

Según la Xunta, el concurso sigue su marcha con normalidad y hasta el momento no se ha presentado ningún recurso judicial contra él ni se tiene conocimiento de que algún promotor tenga intención de renunciar.

Guerra también se defendió de las críticas que le culpan de impedir, con la anulación del concurso del bipartito, que los parques eólicos pudieran estar ya inscritos en el registro que da derecho a la primas. El conselleiro replicó que aunque se mantuviera, sería "absolutamente imposible" inscribirlos.