De los condicionantes que el presidente mostró hasta ahora cada vez que tenía que pronunciarse sobre la opción de que el fondo de estabilidad financiera de la UE acabe siendo la única alternativa posible al fortalecimiento de la banca española ya no queda ni rastro en su mensaje. Los hubo cuando en la campaña manifestó con rotundidad que era un camino probable. "No tenga la más mínima duda de que si fuera necesario, sí", aseguraba Mariano Rajoy en la entrevista electoral en TVE. Y los matices se repitieron la pasada semana tras su reunión con el nuevo líder francés, aunque para negarlo. "A fecha de hoy -decía-, el Gobierno no tiene ni interés ni intención". Como en Moncloa reconocen, la nacionalización de Bankia abre la puerta a otro escenario. Muy diferente como cuarto grupo que es en el sector y por sus elevadísimas necesidades de ayudas. Los 19.000 millones que prevé recibir desbordan por completo los 15.000 millones que el ministro de Economía estimaba, como mucho, para el conjunto del sector con sus dos decretos de saneamiento. ¿Puede descartarlo ahora? "No va a haber ningún rescate de la banca española", defendía ayer Rajoy en su primera comparecencia después de una comisión ejecutiva de su partido desde que asumió las riendas del Ejecutivo. La primera también desde que el grupo Banco Financiero y de Ahorros (BFA) desnudara al completo su gravísima situación.

Pese al rechazo, la fórmula con la que se inyectarán los 19.000 millones a la entidad que capitanea José Ignacio Goirigolzarri -junto a la conversión en capital de los 4.465 millones del préstamo en preferentes con el que nació la fusión de las siete cajas que la integran- es, oficialmente, una incógnita. "Está tomada la decisión, pero no el procedimiento", señala Rajoy, que evitó ir más allá durante las insistentes preguntas sobre la supuesta decisión del Gobierno de emplear deuda pública en lugar de efectivo, como apuntan incluso desde su entorno. El presidente sí aseguró que la ayuda no afectará "para nada" al déficit ni "en las decisiones sobre los presupuestos", en referencia a posibles recortes adicionales o incremento de impuestos para costear la operación.

En ese momento, Mariano Rajoy recordó que hace "tres o cuatro años" otros países apostaron por recapitalizar su sector financiero "vía deuda pública" -otra pista de por dónde pueden ir los tiros- con "cantidades ingentes de capital". "Eso exactamente es lo que va a pasar en España", resume. Porque el Ejecutivo presenta el apoyo a Bankia como parte de "la recapitalización del sector financiero" en general. "No es la primera vez que se toma la decisión", reitera el presidente, que mencionó expresamente las nacionalizaciones de CatalunyaCaixa y Novagalicia. "Vamos a ver cuánto dinero necesita -continúa- y cuando esté saneada, recapitalizada, financiada y siendo como es la primera entidad se va a vender y se va a recuperar la inversión".

Con todo el revuelo levantado por la enorme cantidad de fondos necesarios, Rajoy asume que la nacionalización del grupo que hasta hace dos semanas gestionaba Rodrigo Rato fue un paso "difícil". "La alternativa a esto -advierte- era quebrar, que una entidad estuviera en una situación imposible". Y el Gobierno se siente responsable de no dejar caer ninguna comunidad ni ningún grupo financiero. El presidente también asume la evidencia de que esta no será la última inyección derivada del endurecimiento de las provisiones para el ladrillo impagado primero y los créditos sanos después, en el decreto de mayo. "Y a partir de ahí algunas entidades podrán acudir directamente al FROB y el FROB actuará como hasta el presente momento", añade.

Todo apunta, sin embargo, a que la estrategia a seguir en Bankia está bastante más perfilada de lo que revela Rajoy. Dos vías muy similares en el fondo y que pasan por deuda. Por un lado, una combinación de la liquidez con la que cuenta en este momento el FROB -alrededor de 5.000 millones de euros- de la mano de títulos de deuda emitidos directamente por el FROB, que dispone de esa herramienta legal como el Tesoro. Su capacidad de endeudamiento tras el último incremento aprobado por el Consejo de Ministros a propuesta de Economía llega a los 27.000 millones de euros.

De otro lado estaría la alternativa de que sea el Tesoro el que inyecte sus emisiones directamente en Bankia. En ambos casos, la cúpula de la entidad podría utilizar estos instrumentos como aval del Estado para buscar financiación directamente en el Banco Central Europeo (BCE).

El reflotamiento del grupo BFA supondría, en el fondo, apelar a la colaboración del BCE, con el que, asegura Rajoy, no se ha hablado sobre la idoneidad de esta fórmula. "No se ha producido esa conversación", asegura el presidente.

Si finalmente la junta de accionistas de la entidad se celebra el 29 de junio, la ejecución de la ayuda debería estar lista para entonces, sin olvidar que a mediados del mes que viene se conocerán los resultados de las dos auditorías externas a los activos inmobiliarios del sector con muchas dudas de si el análisis obligará a otra ronda de dotaciones, la tercera.