El consejo de administración de Novacaixagalicia aprobó ayer el balance de su primer año de vida tras la segregación de su negocio al banco -que se hizo efectiva en septiembre- con unas pérdidas de 77.000 euros que, según detalló la propia caja en un comunicado de prensa, están provocados por gastos de funcionamiento "que no están afectos a la obra social". El número de beneficiarios durante esta nueva etapa alcanzó los 3,4 millones de personas -el 85% de la población gallega está vinculada a estas actividades-, con lo que la caja gallega continúa así como "primer agente social privado de Galicia". La inversión alcanzó los 60,3 millones de euros en 2011 a través de 1.700 "colaboraciones destinadas a entidades sin ánimo de lucro".

La futura fundación controla el 6,8% de las acciones de Novagalicia y preveía financiar su obra social con los dividndos que repartiese el banco, pero la previsión ya se ha visto recortada y la entidad enfrenta un importante plan de ajuste hasta 2016 para intentar garantizar fondos con su propia rentabilidad. La venta del banco a otra entidad o una hipotética ampliación de capital que sustituya el Esquema de Protección de Activos (EPA) que solicita en sus dos alternativas para sobrevivir dejarían muy diluida la presencia de Novacaixagalicia frente al Estado. En su nota a los medios de comunicación, Novacaixagalicia recuerda que en su plan "se prevé mantener la inversión social de manera significativa, con el objetivo fundamental de contribuir al desarrollo socioeconómico de Galicia". "La entidad mantendrá en el futuro la parte fundamental de su obra social propia -continúa- y propiciará la colaboración con entidades que tengan unas líneas estratégicas de colaboración coincidentes con los objetivos de Novacaixagalicia".

En la sesión de ayer se formalizó la rotación de cargos prevista en la fusión. Mauro Varela, expresidente de Caixa Galicia, asume la presidencia durante los próximos 18 meses. La asamblea general quedó convocada para el 20 de junio.