Las dos cajas gallegas vendieron productos financieros complejos a personas no solo sin conocimientos necesarios para evaluar sus riesgos, sino directamente analfabetas. Así queda demostrado en varios documentos que han sido incorporados a la documentación enviada a la Fiscalía Superior de Galicia por la asociación de usuarios de banca (Adicae). En un contrato de compra de acciones preferentes de Caixanova el cliente firmó con su huella, una práctica igual a la que realizó otro cliente de Caixa Galicia, al suscribir el test de conveniencia exigido a partir de 2007 para dar cumplimiento a la exigencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores: que el cliente que compre una preferente conozca los riesgos. En el documento que acompaña esta información ese test, en el que el cliente asegura haber decidido de motu propio adquirir ese producto, está firmado con una huella.

Esta documentación resulta clave en la lucha abierta por los 43.000 clientes gallegos que no pueden recuperar su dinero invertido en preferentes. Solo en Novagalicia el volumen de estos fondos supera los 900 millones de euros.

Además de documentos firmados con huella de productos financieros tan arriesgados, los usuarios esgrimen también otros en los que directores de sucursales de las cajas les aseguran que podrán disponer de su dinero en cuanto lo deseen.