Las participaciones preferentes son un título parecido a las acciones, pero sin derechos de voto. Bruselas considera a sus tenedores, junto con los que poseen subordinadas, como accionistas o inversores, y así lo plasmó en el memorando de rescate a la banca (MoU). Es el documento que impone las condiciones del auxilio al sector financiero español e indica taxativamente que deberán asumir las pérdidas derivadas de la reestructuración o liquidación de la entidad que se las vendió.

El Gobierno ha acatado sin modificaciones el dogma europeo con la aprobación de un real decreto, ya vigente, que impone pérdidas cuantiosas para todos los afectados. Se les impondrá un canje por el valor de mercado de sus títulos, que en algunos casos acarrean pérdidas de hasta el 70%. No obstante, y hasta que Novagalicia elabore su plan de reestructuración de acuerdo con los datos de la nueva auditoría, hay todavía interrogantes. Por ejemplo, cuál será el valor de mercado que se les otorgue a las preferentes y subordinadas, ya que a partir de él se conocerán las quitas definitivas. Antes de la inyección de capital procedente de Bruselas -o de su resolución, que también está presente en el decreto-, la entidad deberá presentar un plan para hacer efectivo el reparto de cargas.

Hasta que ese momento llegue los más de 40.000 afectados existentes en Galicia seguirán sin conocer exactamente qué va a pasar con sus ahorros.

1. El canje por un producto más líquido es una de las posibilidades que plantea el real decreto. A este cambio, obligatorio para las nacionalizadas como Novagalicia, se tomará el precio de mercado como referencia. El nuevo producto podría ser un depósito -no se incluye en el memorando ni en el decreto, pero sí lo mencionó Luis de Guindos- o un bono. El Banco de España, en coordinación con la Autoridad Bancaria Europea (EBA), no permitirá que el canje ofrezca una prima de más del 10% sobre el precio de mercado. Una de las emisiones de Caixa Galicia cotiza en el índice AIAF con un descuento del 73%.

2. Ejemplo con la emisión de 2009. Esta emisión de preferentes -mayo de 2009, de 300 millones- cotiza con un descuento del 63% -teniendo en cuenta ese 10% a mayores que permite Economía-. Para un afectado con 30.000 euros atrapados, la quita supondría ofrecerle algún título por valor de menos de 12.000 euros. En caso de que se le ofreciese un producto a un 5% de interés anual a ocho años, recuperaría 4.800 euros máximo. Si el interés fuese del 7% -el que tenían algunas emisiones de preferentes-, y a un plazo de diez años, recuperaría 8.400 euros. La quita es inexorable, y en esto el memorando del rescate y el decreto son taxativos.

3. Valoración. Es un gran interrogante. El valor de mercado es algo indeterminado habida cuenta de la escasa liquidez. Un experto independiente determinará qué valor tienen los títulos de Novagalicia.

1. Novagalicia Banco es responsable a todos los efectos de las emisiones realizadas por Caixa Galicia y Caixanova. Las cajas utilizaron sendas sociedades -Caixa Galicia Preferentes y Caixanova Emisiones- para colocar sus productos entre inversores, muchos de ellos minoristas. De este modo, las llamadas acciones sobre los productos híbridos o reparto de cargas se aplicarán igualmente a clientes de ambas cajas. Pero sí hay diferencias en las cotizaciones de las preferentes que emitieron, a menos que el FROB opte por dar a todas las emisiones el mismo precio de mercado. El canje sería, nuevamente, por otro producto.

2. Ejemplo con una emisión de 2005. De los más de 900 millones de saldo vivo en preferentes de NCG Banco, tres cuartas partes fueron distribuidas por Caixa Galicia. Caixanova emitió 198 millones en mayo de 2005. Actualmente cotiza con un descuento del 50%, que se quedaría en un 40% de pérdidas. Para una inversión de 30.000 euros, los afectados recibirían 18.000 euros. Con un canje por un bono del 5% a ocho años, y con permanencia en el mismo (cobrando a vencimiento), se recuperarían otros 7.200 euros. Si el vencimiento es a diez años, se recuperarían en total 27.000 euros.

3. Valoración. En el caso de Caixanova sucede lo mismo que en el resto, ya que el valor real de las emisiones no se conoce a ciencia cierta.