España es el décimo país del mundo con mejor nivel de infraestructuras, una posición que está a la altura del tamaño de su economía. Es una de las pocas notas positivas que aporta acerca de España el ranking de competitividad que elabora el Foro Económico Mundial, observatorio pilotado por el economista español Xabier Sala i Martín, profesor de la Universidad de Columbia. La citada clasificación sitúa al país en el puesto 36º de un total 144, justo por detrás de la república báltica de Estonia y de Bahréin, pequeño reino del Golfo Pérsico que vive del petróleo.

El equipo de Sala i Martín confecciona el ranking de competitividad tras considerar múltiples factores: el acceso al crédito, la regulación laboral, los niveles educativos, la corrupción, la burocracia, la regulación de los mercados interiores, la presión fiscal...

Con arreglo a esas variables del Foro Económico, los diez países con mejores condiciones para los negocios son, por este orden, los siguientes: Suiza, Singapur, Finlandia, Suecia, Holanda, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Hong Kong y Japón. Hay mayoría europea y alguna gran ausencia, como la de China, que, pese a haberse convertido en un gigante exportador y en la gran fábrica del mundo por sus bajos salarios, figura en el puesto 29º en competitividad.

Fuera de los treinta primeros puestos están las tres principales economías del sur de Europa: España (36º.), Italia (42º.) y Grecia (96º.).

El informe de Foro Económico Mundial encuentra algunas fortalezas en España, palancas sobre las que apoyarse para un nuevo modelo productivo. "El país sigue beneficiándose de infraestructuras de transporte de nivel mundial y de una buena implantación de las nuevas tecnologías.

También cuenta con una de las más altas tasas de matriculación en estudios superiores, que proporciona gran cantidad de trabajadores cualificados que, bien movilizados, podrían ayudar al país en la transición económica que tanto necesita hacia un modelo con actividades de mayor valor añadido", reflexionan los autores. Pero añaden a renglón seguido: "La competitividad de España se ve obstaculizada por sus desequilibrios macroeconómicos".

El documento pone el acento en "las dificultades" para frenar el déficit público. España aparece como en el puesto 135º de los 144 países estudiados en cuanto a la situación de las cuentas de la Administración. Esa dificultad, añadida a las del sector bancario, se han convertido en grandes lastres para la financiación de la economía. El acceso al crédito es, añade el Foro Económico, el mayor de los obstáculos para hacer negocios en España, seguido de la "rígida regulación laboral" -pese a la reforma impulsada por el Gobierno en febrero-, del ineficiente funcionamiento de la burocracia pública y de la "insuficiente capacidad de innovación".