El Banco Central Europeo (BCE) abrió ayer la puerta de los rescates. Contra la opinión del muy influyente Bundesbank (banco central alemán), el presidente de la autoridad monetaria europea, Mario Draghi, sacó adelante un nuevo mecanismo para intervenir en el mercado secundario de deuda pública en auxilio de los países que, como España e Italia, están pagando para financiarse tipos de interés considerados insostenibles por mucho tiempo. Pero para cruzar esa puerta los países tienen que llamar a ella (solicitar formalmente el rescate), cumplir una "estricta condicionalidad" (asumir compromisos de ajustes y reformas a negociar con los demás socios comunitarios) y someterse a una estrecha vigilancia en la que participaría el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantuvo ayer la incógnita: "No tengo novedad, no he tenido ni siquiera tiempo de leer la conferencia del señor Draghi", respondió a los periodistas. Lo hizo junto a la canciller alemana, Angela Merkel, a la que intentó persuadir en el Palacio de la Moncloa de "la determinación reformista" de su Gobierno. En medios políticos de la capital se considera que internamente el Ejecutivo tiene tomada la decisión de pedir la ayuda del BCE, pero intenta que sea con las mínimas condiciones posibles, haciendo valer ante los socios europeos los ajustes y reformas ya desplegados por el Gobierno y los que tiene en cartera.

Rajoy, cuya relación con Merkel ha tenido altibajos en estos meses -hizo algunas maniobras de aproximación al italiano Mario Monti y al francés François Hollande que lo distanciaron de Berlín-, busca en la complicidad de la canciller. "España ha demostrado su determinación y responsabilidad con la agenda reformista", dijo el presidente. Merkel, que ejerció pulcramente la diplomacia, dijo sentirse "impresionada" y comentó: "No he venido a decir qué reformas se tienen que hacer en España o no, tengo plena confianza en el Gobierno español".

Pero Angela Merkel, reticente a la intervención del BCE en los mercados, sí lanzó este mensaje, presumiblemente dirigido a España y a otros países, cuando fue preguntada sobre la decisión del Eurobanco: "Los políticos debemos hacer nuestros deberes".

Los inversores en Bolsa y en deuda pública saludaron los anuncios del BCE. La reacción fue casi eufórica tras la comparecencia de Mario Draghi. La Bolsa española subió el 4,91% y lideró las ganancias en Europa. Y la prima de riesgo (indicador de confianza en la capacidad de pago del país) bajó 48 puntos básicos, hasta quedarse en 447, el valor más moderado desde mayo. Horas antes, el Tesoro había conseguido colocar 3.500 millones de euros en bonos a un interés menor que en la anterior subasta. Un sector de analistas intuye que Rajoy espera antes de pedir el rescate por si cabe otro escenario: que el mero anuncio del BCE allane la posición de España ante los prestamistas.