A la canciller alemana, Angela Merkel, ni le molestan ni le incomodan las comunidades autónomas españolas. Ayer una periodista le preguntó con malicia si había hablado con Rajoy de las autonomías durante el almuerzo que ambos mantuvieron en la sede de la presidencia del Gobierno pero en la respuesta de la dirigente alemana no hubo el menor asomo de crítica o incomprensión hacia la estructura de Estado en España. "Claro que hablamos de las comunidades autónomas porque las autonomías forman parte de España del mismo modo que los länder -estados federales- forman parte de Alemania", replicó. Merkel agregó que estaba informada de la "estrecha colaboración" que está habiendo entre el Gobierno central y las autonomías.

Merkel aseguró que su visita a Madrid no tenía por objeto imponer condiciones al Gobierno español. "Hemos hablado, sí, del saneamiento de los bancos, de las fechas para conocer las auditorías y de otros aspectos, pero no de nuevas condiciones" a España, dijo.

La canciller sí se confesó preocupada por la imagen negativa de Alemania que podría estar arraigando en España: "Ningún país quiere imponer algo a otro porque sí o para hacer sufrir, sino porque hay otros países como China que ya hacen muchos de nuestros productos y tenemos que hacer más cosas y mejor para poder exportar. Si no pudiéramos vender nuestros productos fuera, pasaríamos a depender de terceros, los mercados financieros, que nos dictarían las decisiones. Y eso no nos gusta. Tenemos que salir juntos de esta trampa y sólo si somos competitivos garantizaremos nuestra prosperidad, nuestra forma de vivir y nuestra libertad", sentenció.

"Todos los países -sostuvo- tenemos que hacer reformas, pero su efecto nunca es inmediato. En Alemania lo sabemos".