La fórmula Draghi ha tenido efectos balsámicos para la posición de España en los mercados. El mero anuncio del nuevo mecanismo de ayuda a los países en dificultades mediante la compra de bonos por el Banco Central Europeo (BCE) -sujeto a una solicitud formal y a estrictas condiciones- ha favorecido que en una semana la prima de riesgo bajara 142 puntos (desde 552 a 410), el mayor retroceso desde la creación del euro. En esa misma semana, la Bolsa española acumuló una subida del 6,2%.

El presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, reveló anteayer los pormenores del nuevo programa de auxilio y en 72 horas -las comprendidas entre la víspera del anuncio, cuando se filtraron los primeros datos, y la jornada de ayer- se produjo una mutación relevante en el mercado secundario de deuda pública, allí donde se comercia con los bonos emitidos por los países. Los inversores de perfil más especulativo fueron deshaciendo sus apuestas contra la deuda española y aumentó la demanda de otros que, con un perfil más conservador, venían siendo muy reticentes a invertir en títulos del país. Aumentaron las compras y la prima de riesgo bajó.

Ese indicador, considerado el termómetro de la confianza en la solvencia del estado emisor, mide la diferencia de interés que en los mercados se pide para comprar un bono español con vencimiento a diez años frente al alemán al mismo plazo. La diferencia estaba el miércoles, antes de la declaración de Draghi, en 495 puntos (4,95%); ayer se coloco en 410 (4,10%).

Ese vertiginoso descenso se debe fundamentalmente a la caída en la rentabilidad del bono español a 10 años, que se colocó en el 5,63 % (su mínimo desde abril), frente al 6,85% que ofrecía al cierre de la semana pasada. Influye en parte también un repunte del interés exigido al bund alemán, que en dos días pasó del 1,46% al 1,53%. Los títulos germanos, refugio de los inversores más conservadores, perdieron algo de atractivo al despejarse en cierta medida el panorama español. Se notó también en la Bolsa, que el jueves reaccionó de forma eufórica, con una subida cerca al 5%. Ayer, el Ibex 35 registró un repunte muy modesto (0,26%). La semana bursátil se cerró con una revalorización acumulada del 6,2% y con el Ibex en 7.882,8 puntos.

La prima de riesgo y el interés de la deuda española se desinflan porque la disposición a una actuación conjunta del BCE y de los mecanismos europeos de rescate de países (el actual o el futuro) cambia las expectativas de los flujos de capitales.

En las crisis de la deuda soberana actúan dos fuerzas: el miedo de los ahorradores conservadores, que no quieren riesgos y que prefieren la seguridad a la rentabilidad -y que huían de España por miedo a una suspensión de pagos- y la intrepidez de los inversores especulativos que hacen apuestas a la baja sobre países en dificultades y acaparan seguros contra el impago de los Estados (los CDS).

Cuando un banco central anuncia su compromiso de compra en el mercado secundario de bonos del país cuestionado si éste lo reclama y se somete a la disciplina que le imponga el mecanismo europeo de rescate, lo que se consigue es que los ahorradores prudentes y los fondos de inversión y de pensiones -que deben velar por el patrimonio de los inversores que les han confiando su ahorro- ya no se dejen llevar por el pánico.

La intervención del país y la compra masiva de sus bonos por el BCE les da tranquilidad porque disipa los riesgos de quiebra y de salida del euro. A su vez, los especuladores deshacen posiciones bajistas por temor a quedar atrapados en ellas si la intervención frena la caída del precio de los bonos antes de que se materialice el escenario fatal por el que apuestan.