La Cumbre Social, que integra a 150 organizaciones sociales y a los principales sindicatos, exigió ayer en Madrid al Gobierno, en una concentración multitudinaria, que rectifique su política de recortes y que convoque un referéndum para que la ciudadanía se pronuncie al respecto de los ajustes y de la posibilidad de que España sea rescatada por el Banco Central Europeo.

Los organizadores cifran en cientos de miles los asistentes a la protesta -no quisieron ofrecer un dato concreto- mientras que la Delegación del Gobierno en Madrid rebajó a entre 50.000 y 65.000 el número de participantes.

Los manifestantes escenificaron su rechazo a las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en la céntrica plaza de Colón y hasta ella se trasladaron en ocho marchas -con recorridos distintos- miles de personas venidas de toda España así como los empleados públicos de la educación (marea verde), de la sanidad (marea blanca) y del resto de ministerios (marea negra), además de los trabajadores sociales (marea naranja).

Otro color que se vio mayoritariamente en las marchas y en la posterior concentración fue el rojo de las camisetas que llevaban los simpatizantes de CCOO y de UGT.

Los organizadores aseguraron que se fletaron unos 2.000 autobuses para que personas de toda España pudieran viajar a Madrid para protestar contra la "política suicida" del Gobierno y bajo el lema: ¡Vamos! ¡Quieren arruinar el país, hay que impedirlo!

En los discursos finales, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, eludió cifrar la participación, pero destacó que el número superó al de otras concentraciones de "otros sectores" en anteriores ocasiones y en las que habían asegurado que se llegó a los "dos millones de personas".

Méndez y el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, pidieron al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que no pierda la oportunidad de escuchar a los ciudadanos que rechazan sus recortes y le advirtieron de que tiene la "llave" para evitar una nueva huelga general.

Las marchas y la concentración se desarrollaron sin incidentes y en un ambiente festivo, en las que participaron también familias con hijos. El único problema en Colón surgió cuando un grupo de bomberos intentó colocar ante el escenario un féretro con un muñeco con la cara de Rajoy.

Al finalizar el acto, varias personas intentaron dirigirse a la sede del PP pero se lo impidió la Policía. La Delegación del Gobierno informó también de que cuatro personas ligadas al bloque crítico del 15M fueron detenidos por negarse a identificarse.

La concentración contó con el apoyo del PSOE -que envió una delegación encabezada por su secretario de Organización, Óscar López- y de IU, representada por su coordinador general, Cayo Lara, y los diputados José Luis Centella y Gaspar Llamazares.

Del mundo de la cultura asistieron, entre otros, los cantantes Víctor Manuel y Ana Belén, los actores Pilar Bardem, María Barranco y Álvaro de Luna, o el director de cine Benito Zambrano.

Además, por primera vez, cinco sindicatos -CCOO, UGT, USO, CSI-F y la Intersindical- unieron sus fuerzas para organizar el primer acto de la Cumbre Social, que se constituyó el pasado 25 de julio. En paralelo, el sindicato CGT pidió a UGT y CCOO, en un acto contra los recortes y en defensa de lo público, que se unan a la convocatoria de huelga general para el 31 de octubre.

La declaración leída por la Cumbre Social pidió al Gobierno que someta a referéndum el "rescate" de la economía que, según Toxo, está negociando el Ejecutivo con Bruselas. Los discursos finales de los representantes de USO, CSI-F, de la juventud y de las asociaciones de mujeres, reclamaron que finalicen los recortes contra los ciudadanos y que se defienda lo público.