El Ministerio de Economía y Competitividad está presionando a la gran banca ante su reticencia inicial a participar en el capital de la sociedad de gestión de activos, el denominado 'banco malo', según informaron a Europa Press en fuentes financieras.

El departamento que dirige Luis de Guindos se ha puesto en contacto con Santander, BBVA y Caixabank para solicitar que participen en el capital del 'banco malo' que aglutinará en primer lugar los activos tóxicos del ladrillo de las entidades nacionalizadas.

Las tres grandes entidades financieras no están convencidas por el momento de la conveniencia de participar en dicho vehículo que el Ministerio de Economía aspira a dotar de capital privado en una participación mayoritaria, y de capital público a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Economía ha contactado con estas entidades ante la elevada probabilidad de que no presenten necesidades de capital en el escenario macroeconómico adverso planteado en el informe de Oliver Wyman, pero también ha sondeado el interés de otras que podrían superar el examen sin déficit.

A la espera de que se den a conocer públicamente los resultados de la prueba de resistencia de la consultora independiente el próximo 28 de septiembre, en el sector financiero apuntan a la posibilidad de que también lo superen sin requerir capital adicional Sabadell, Bankinter y Kutxabank.

El objetivo del Gobierno es que el 'banco malo' cuente con una participación estatal inferior al 51% y opere como una sociedad de gestión de activos inmobiliarios rentable que se desprenda de éstos en un plazo máximo de quince años para eludir cualquier impacto sobre el contribuyente.

Operativo en diciembre

Está previsto que este instrumento, al que las entidades nacionalizadas (Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia) transferirán sus activos inmobiliarios dañados esté definido este mismo mes de septiembre y plenamente operativo a principios de diciembre.

El grueso de los activos que se transferirán a esta sociedad de gestión de activos serán los créditos problemáticos al sector promotor, que son los que más daño han sufrido, y que en el conjunto de España totalizan unos 180.000 millones de euros.

El Banco de España establecerá la metodología para valorar los activos del ladrillo que se transfieran al 'banco malo', basándose en la valoración en función del escenario base de la que se ha servido Oliver Wyman para someter a las entidades a la prueba de esfuerzo.

En cualquier caso, el departamento que preside Luis de Guindos prevé que dicha valoración se realice a precios razonables para no generar pérdidas a los contribuyentes, y que se compren los activos inmobiliarios a los precios previos a la burbuja inmobiliaria.

El pago a las entidades a cambio de los activos tóxicos transferidos a esta sociedad de gestión de activos podrá realizarse en efectivo, en acciones de la sociedad gestora o mediante deuda descontable ante el Banco Central Europeo (BCE).

La creación del 'banco malo' estaba recogida en el memorando de entendimiento (MoU) firmado con Bruselas para recibir la ayuda europea de hasta 100.000 millones de euros con el objetivo de sanear el sistema financiero español.

El Gobierno sostiene que cuenta con el acuerdo del Banco Central Europeo, de la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional para el funcionamiento y los detalles del 'banco malo', cuyo desarollo normativo está por llegar.