Los socios europeos impondrán exigencias "muy duras" a España en materia de ajustes presupuestarios y reformas con el fin de corregir los desequilibrios económicos del país, aseguró ayer Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, el foro que agrupa a los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro.

"Le plantearíamos a España exigencias muy duras, pero no es el momento de explicar en detalle a los españoles lo que esperamos de ellos antes de que pase lo que quizás tenga que pasar", señaló Juncker en una entrevista.

El presidente del Eurogrupo se refirió también a la unión bancaria y al dispositivo de seguridad bancaria europeo, aunque se mostró cauto. "Es verdad que tenemos la intención de crear lo antes posible una unión bancaria, una entidad de supervisión de los bancos, pero también es cierto que para ello es necesario tomarse el debido tiempo", subrayó Juncker, quien manifestó "compartir la línea" del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, al referirse a que "no será posible que una entidad centralizada de supervisión europea controle con lupa 6.000 bancos".

Las manifestaciones de Juncker abonan la tesis de que, camino de la probable solicitud de un rescate a través del mecanismo pergeñado por el Banco Central Europeo (BCE), el Gobierno español tendrá que cumplir nuevas y exigentes "recomendaciones" de Europa.

El Tesoro Público logró ayer colocar 4.576 millones de euros en letras de deuda a doce y dieciocho meses con un interés del 2,9% y del 3,15% respectivamente, la rentabilidad más baja de los últimos cinco meses, lo que hizo que la prima de riesgo, que abrió al alza, bajase ayer cinco puntos. A pesar de esa mejoría, se están multiplicando los mensajes que instan a Rajoy a no retrasar la decisión sobre el rescate. Ayer lo hizo el Instituto de Finanzas Internacionales, lobby bancario mundial que instó a España e Italia a solicitar la ayuda del BCE.

Madrid mantiene la incertidumbre sobre una eventual solicitud de auxilio financiero. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó ayer que se tomará una decisión "cuando tenga las cosas atadas y bien atadas", ya que, añadió, no sería "responsable" tomar una decisión "sin saber todas las consecuencias que tiene".

Las condiciones que llevaría aparejada la petición de rescate son una incógnita y sobre ellas ha habido pronunciamientos de distinto signo. El presidente del BCE, Mario Draghi, habló en su momento de exigir "condiciones estrictas" a los países beneficiarios. Otros dirigente dieron a entender que el camino ya recorrido por España en ajustes y reformas podría ser suficiente.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció que el Gobierno presentará a finales de este mes un nuevo programa de reformas. De Guindos añadió que, tras las medidas acordadas en julio no serán necesarios más ajustes para cumplir el objetivo de reducción del déficit al 6,3% del PIB este año. Pero las manifestaciones de Juncker indican que, haya o no rescate, España no está en condiciones de desviarse lo más mínimo de esa cifra.

Los últimos recortes impuestos desde Bruselas llegaron en medio de las negociaciones para el rescate europeo de la banca. El Gobierno español medita ahora un nuevo rescate con la vista puesta en los mercados, menos hostiles desde el anuncio del BCE sobre el nuevo mecanismo de apoyo a los países.