La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha afirmado hoy que el Gobierno decidirá si España se acoge al programa del BCE de compra de deuda "con arreglo al interés general y sin demagogias", una vez que haya analizado "muy bien" todos los términos e implicaciones de la petición.

En la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados, la vicepresidenta ha recordado que el Banco Central Europeo está promoviendo la adquisición de compra de deuda soberana en el mercado secundario a la vista de la subida de los intereses de financiación cada vez que se duda de la irreversibilidad del euro, intereses que en el caso de España ascenderán a 30.000 millones de euros este año.

Ha subrayado que la posibilidad de que el BCE interviniese hasta hace "algunas fechas" le parecía positiva al PSOE, y por eso ha retado a su portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez, a explicar la razón de que ahora hayan cambiado de postura.

La socialista, autora de la pregunta inicial sobre las intenciones del Gobierno de pedir un segundo rescate, no ha entrado a contestar a su vez esta cuestión concreta, pero sí ha acusado al Ejecutivo de estar "superado por la realidad" y de ocultar ante la Cámara sus verdaderas intenciones.

Al respecto, ha recordado que hace una semana el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, decía no haber decidido si se acogería a la medida promovida por el BCE, pero al tiempo declaraba, según la prensa finlandesa, que pediría esta asistencia, y también el secretario de Estado de Economía lo daba por hecho.

Además, ha hecho hincapié en que hace cuatro meses Rajoy solicitó ayuda para las entidades financieras, dijo que no tenía condiciones "y se fue al fútbol", pero a la postre los 102.000 millones de ajuste bianual comprometido con Bruselas "se parecen como dos gotas de agua" a esa ayuda de hasta 100.000 millones obtenida para la banca.

Como respuesta, la vicepresidenta del Gobierno ha recordado que el memorando de entendimiento de aquella operación sí se aprobó en el Congreso de los Diputados la semana pasada, y el PSOE votó en contra de dicha reforma financiera, con lo que se rompió el consenso de los grandes partidos en torno a esta cuestión por primera vez en las dos últimas legislaturas.

A su juicio el PSOE pretende hacer "olvidar" que hasta hace diez meses se sentaba en el banco azul del Gobierno en el Congreso y no sólo no solventó los problemas sino que hipotecó a varias generaciones de españoles "con su despilfarro", mientras que ahora quiere poner "límites" a todas las soluciones.