El déficit de capital de la banca española detectado por Oliver Wyman asciende a 59.300 millones, una cantidad que se rebaja a 53.745 millones si se tienen en cuenta los procesos de fusión en marcha y los efectos fiscales. El 41% de los 59.300 millones los necesita Bankia, que precisa 24.743 millones y se convierte en la entidad con más déficit. Tras la salida de Rodrigo Rato, el nuevo equipo gestor calculó que necesitaba más de 19.000 millones.

Aunque Wyman cuantifica en 59.300 millones el déficit de capital, el cheque que España pedirá a Bruselas no será tan abultado. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, quien presentó ayer las necesidades de capital del sistema financiero junto al subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, avanzó que la cifra que el Gobierno solicitará del crédito de la UE de hasta 100.000 millones para sanear la banca española se aproximará a los 40.000 millones de euros. La razón es que las entidades reducirán sus necesidades un 30% con el traspaso de activos tóxicos al banco malo, las quitas y las fusiones.

De los 14 grupos analizados, en el escenario más adverso, siete entidades (BFA-Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco, Banco de Valencia, Popular, BMN e Ibercaja+Caja3+Liberbank) necesitarían capital y otras siete no (Grupo Santander, BBVA, Caixabank+Cívica, Kutxabank, Sabadell+CAM, Bankinter y Unicaja+CEISS).

Las mayores deficiencias de capital (en torno al 86%) se centran en aquellos grupos bancarios participados mayoritariamente por el FROB: BFA-Bankia (24.743 millones), Catalunya Banc (10.825 millones), NCG Banco (7.176 millones) y Banco de Valencia (3.462 millones de euros).

Otros tres grupos bancarios necesitarían capital adicional en el escenario adverso previsto. Estos son: Banco Popular (3.223 millones), BMN (2.208 millones) y la fusión proyectada entre Ibercaja, Liberbank y Caja 3 (2.108 millones).

El número dos del Banco de España concluyó que la recapitalización de las entidades el sector financiero será "más eficiente, sólido, y contribuirá a la mejora de la economía española". Cuando concluya la reforma, el sistema financiero estará "holgadamente capitalizado" por las aportaciones públicas y privadas, y "profundamente saneado", tanto por las provisiones que se han exigido a la banca como por el saneamiento a través del banco malo.

Las pruebas, según el secretario de Estado, ponen de manifiesto que el sistema financiero español "es heterogéneo", pero que "el grueso es sólido" y tiene la "firmeza suficiente para poder hacer frente a un deterioro significativo de la coyuntura económica".

"Al final tendremos un sistema financiero sólido que no suscitará dudas en el mercado", dijo Latorre, quien se mostró confiado en que el sector prestará un servicio adecuado a las familias y ayudará a que fluya el crédito.

Sin embargo, el subgobernador del Banco de España reconoció que el crédito puede seguir cayendo debido a la recesión económica y al desendeudamiento del sector privado, y dijo que "honestamente" no cree que la debilidad de las entidades financieras sea el factor más determinante en esta atonía del crédito. "Es complicado hacer previsiones temporales previas sobre el momento en el que se pueda restaurar la oferta crediticia", concluyó.