Los mercados, la entelequia o el nombre bajo el que se pretende englobar a inversores y acreedores -de España, en este caso- se movieron a ciegas en la sesión del viernes. Los test de resistencia de la banca española, que servirán para cuantificar cuánto dinero se pide a Bruselas para reestructurar a las entidades, se dieron a conocer pasadas las seis de la tarde. Media hora antes el selectivo español, el Ibex 35, había cerrado sus puertas. Y lo hizo en negativo y con una penalización para los grandes bancos. Los inversores descontaron, así, un posible resultado negativo de las pruebas realizadas por Oliver Wyman.

En el mercado de deuda tampoco hubo grandes variaciones y la prima de riesgo (el sobreprecio que paga España por colocar su deuda frente a Alemania) cerró en los 450 puntos básicos. El bono a diez años, que también toma como referencia al germano, concluyó la sesión por debajo del temido 6%. ¿Cómo amanecerá la banca y la prima de riesgo mañana lunes, una vez que los inversores conocen ya el agujero de capital de la banca española? Esta es la respuesta que falta, la que no se pudo pulsar todavía. Según apuntó el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, la cifra que finalmente España va a pedir a Bruselas para el rescate de los bancos rondará los 40.000 millones. Es un tercio menos que el déficit de capital detectado por la auditora Oliver Wyman, y menos de la mitad que la cuantía que tiene el préstamo concedido por la CE (100.000 millones de euros).

Que los inversores consideren esta cifra suficiente o no para despejar las dudas sobre la solvencia de los bancos españoles es algo que aún está por ver, habida cuenta de la presión ejercida por Bruselas para endurecer las pruebas e intentar así que los test tuvieran una mejor aceptación en el mercado.

Las firmas nacionalizadas (Bankia, Novagalicia, CatalunyaBanc y Banco de Valencia) acaparan el 86% del agujero de capital detectado, pero solo dos de ellas -Bankia y Banco de Valencia- cotizan en Bolsa. La primera de ellas deberá reducir su tamaño de forma considerable para acceder a la línea de rescate europea, y también aplicará quitas a sus accionistas para reducir al "mínimo imprescindible" (la tesis comunitaria) el coste de su salvación. No obstante, y a medida que se avecinaba la fecha de la inyección de capital, hubo sesiones marcadas por la especulación en las que los títulos de Bankia llegaron a subir un 30%. Ante este escenario es una incógnita, por ahora, saber cómo van a reaccionar los inversores. Banco de Valencia sigue esperando por su subasta, aunque será saneada primero. Quien más podría padecer la respuesta de los mercados podría ser el Banco Popular, a la espera de que desvele el plan de negocio que le permita cubrir "con sus propios recursos" -como sostiene con firmeza- el déficit de capital de 3.223 millones detectado en los test en el escenario más duro.

Reacción de las autoridades

Mientras los inversores -quien tiene el dinero, en última instancia- no se pronuncian, autoridades europeas y financieras a nivel comunitario y mundial ya dieron la "bienvenida" al resultado final de las pruebas de resistencia. El Banco Central Europeo (BCE), que participó en el proceso de análisis de los 14 grupos bancarios analizados por Oliver Wyman, acogió con "satisfacción" el veredicto de la auditora, apuntó su presidente, Mario Draghi. El Gobierno español también recibió la felicitación de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. "Este ejercicio de transparencia ayuda en la diferenciación de las instituciones financieras", sostuvo. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, también se congratuló de los resultados y se mostró "convencido" de que la inyección de capital en los bancos "se hará de modo eficiente".