El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció ayer la prórroga del plan PIVE, con una dotación de 150 millones de euros, para facilitar la compra de nuevos vehículos, y avanzó la próxima aprobación de otro plan, llamado PIMA AIRE, para la renovación del parque de grandes vehículos comerciales.

El jefe del Ejecutivo destacó tras su encuentro con el presidente chileno, Sebastián Piñera, en el Palacio de la Moneda de Santiago de Chile, que la importancia del plan PIVE que se puso en marcha en 2012 para renovar el parque de automóviles más antiguos en España y explicó que la prórroga del mismo tendrá una dotación de 150 millones de euros, el doble que el anterior, que concluirá el próximo 31 de marzo, pero cuyos fondos ya se han agotado.

Rajoy aseguró que el Plan PIVE ha sido muy útil para el sector del automóvil, trascendental para la economía española y explicó que habrá novedades en su prórroga, ya que si hasta ahora se podían acoger los vehículos con una antigüedad de diez años, se rebaja a siete en el caso de los vehículos comerciales ligeros.

Para los automóviles con uso comercial más grandes habrá un programa específico, el PIMA AIRE, que según la información facilitada por Rajoy, tendrá una dotación de 40 millones de euros.

Fuentes del Gobierno explicaron con posterioridad que la prórroga del PIVE elimina el precio máximo que existía antes para acogerse a las ayudas del mismo y que estaba fijado en los 25.000 euros.

El nuevo Plan PIVE tendrá un impacto sobre la economía española de más de 2.000 millones de euros, según las primeras estimaciones de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).

Estos 2.000 millones de euros se suman a los 930 en los que la patronal de fabricantes cifra el impacto económico del primer Plan PIVE, en vigor desde el 1 de octubre de 2012 hasta el pasado 10 de enero, cuando se agotaron sus fondos.

Según el presidente de la asociación de concesionarios Faconauto, Jaume Roura, el nuevo plan traerá beneficios para toda la cadena de valor del automóvil y ayudará a mejorar los resultados de ventas en 2013. Roura evitó pronunciar una cifra de demanda añadida, pero expuso que "se puede llegar a los 100.000 coches".

El Plan PIVE inicial, que contó con 75 millones de euros de presupuesto, generó una recaudación fiscal de 296 millones, y ayudó a mantener o generar 4.500 empleos y a contener el IPC en 0,15 puntos. Gracias al primer PIVE se elevó la producción de coches en 26.000 unidades, de las que unas 6.000 correspondieron a demanda nacional.

El achatarramiento de 75.000 coches con más de 17 años de antigüedad media y su sustitución por vehículos nuevos redujo un 45% el consumo de carburante, con un ahorro de 60 millones de euros, y recortó un 52% las emisiones de CO2.