Le llaman El Dorado. Con lo que es muy fácil hacerse una idea de hasta qué punto el gas no convencional despierta interés en el sector energético. En Estados Unidos es un auténtico furor. El fracking figura como objetivo estratégico con el argumento de que así el país puede reducir sus importaciones y la dependencia exterior con el petróleo, mientras desarrolla su ambiciosa apuesta por las energías renovables. El supuesto ahorro por cada familia al año en la factura de la luz supone unos 1.000 dólares. Hay hasta 2.000 pozos operativos con el estado de Pensilvania como referencia. En la imagen, uno de ellos cerca de Canton, en el condado de Bradford. / J.P.