La Bolsa española cerró una semana de altibajos y sin rumbo fijo con un alza del 0,35%. Los mercados siguen consolidando niveles durante todo el mes de febrero tras un fuerte rallye alcista desde el verano hasta el mes pasado. El año sigue plano con ganancias del 0,14%.

La semana estuvo marcada por la buena colocación de deuda a un menor interés por parte del Tesoro español y por las medidas de estímulo (en especial ayudas para pymes y autónomos), anunciadas por Rajoy en el debate sobre el estado de la nación, donde comentó además que el déficit público para 2012 será inferior al 7% del PIB. Tras estas declaraciones, que gustaron al mercado, duro jarro de agua fría por parte de la Comisión Europa, que vaticinó que España cerrará 2012 con un déficit del 10,25% y prevé más recesión con caídas del PIB para 2013 del 1,4% y con una tasa de paro del 27%. Como nota muy positiva admite la posibilidad de dar una prórroga a España para rebajar su déficit.

Malos datos económicos en Francia y la incertidumbre ante las elecciones de este fin de semana en Italia marcaron la semana en Europa. Por su parte Alemania sigue mostrando que sigue siendo la locomotora europea, con un índice IFO de clima empresarial que subió hasta 107,4 puntos en febrero.

Por último con el mercado cerrado, la agencia de calificación Moody´s rebajó un escalón el rating de Reino Unido, quitándole la triple A, algo que el mercado ya descontó en las últimas semanas y lastró la libra.

Esta semana tres empresas del Ibex presentaron buenos resultados: Abertis, Día y Gas Natural. La primera gana un 42,3% más que el año anterior y la distribuidora de alimentación un 60%. Gas Natural presentó resultados más modestos, con alzas del 8,8%. En el terreno negativo BME, que cerró la semana presentando resultados decepcionantes, con caída del 12,75% en 2012.

Mientras, Reyal Urbis solicitó concurso de acreedores lo que provocó su suspensión de cotización en Bolsa y Abertis sufrió la nacionalización por parte de Bolivia de su filial Sabsa, aunque finalmente pesaron más sus buenos resultados. Esta semana los mejores del Ibex fueron Bankinter, Mapfre, CaixaBank, Día y Grifols con alzas del 6,59%, 5,82% y 5,075% respectivamente. Tres valores del sector bancario/asegurador y dos valores de carácter defensivo que esta semana han marcado nuevos máximos de la historia y s e encuentran en subida libre, como son Día y Grifols. Los peores fueron Sacyr Vallehermoso, Arcelor Mittal, BME, FCC y Popular, con descensos del 5,13%, 4,80%, 4,79%, 4,205 y 3,18% respectivamente. Sacyr, Arcelor, FCC y Popular son títulos en tendencia bajista y que lo vienen haciendo muy mal desde 2008. En el caso de BME, tras un fuerte rebote en los últimos meses, fue castigado por los inversores tras unos débiles resultados.

Las bolsas norteamericanas cerraron mixtas. El Dow Jones repuntó un ligerísimo 0,13%, el SP con suaves descensos del 0,28% y el tecnológico Nasdaq 100 con un pequeño retroceso del 0,99%.

En cuanto al mercado de divisas destacó el repunte del dólar, que provocó caídas del euro/dólar y caídas del dólar canadiense. Además continuó la caída de la libra, ante rumores de rebaja de rating a Reino Unido, que finalmente se hicieron realidad. En el mercado de materias primas continuó la corrección del oro y de la plata y corrección del petróleo tras un fuerte rallye alcista.

El análisis fundamental estudia el valor de una compañía para establecer si el precio refleja el valor de la compañía o está infravalorada o sobrevalorada en el mercado. En caso de llegar a la conclusión de que el precio no refleja el "valor real" de la empresa y está infravalorada, compraríamos. Si creemos que está sobrevalorada, venderíamos, esperando que el precio vaya a buscar el valor que asignamos a dicha empresa cotizada.

El análisis fundamental establece que el precio es una cosa y el valor de la firma otra y se basa en que el mercado no es eficiente y eso provoca que el valor real de una compañía esté alejado del que marca.

El problema más importante es calcular o estimar el valor que hay que otorgarle a la compañía y saber cuánto tardará el mercado en poner a la empresa en el precio que estimamos "correcto". Muchas casas de análisis establecen precios "objetivos" en los valores cotizados, aunque en realidad, de objetivo no tiene nada, ya que ese valor varía según quién realice el análisis.

Uno de los padres del análisis fundamental fue Benjamin Graham. Sus principales herramientas se centran en los fundamentos de ramos del estudio económico como el cálculo de ratios: PER, BPA, Ebitda, rentabilidad por dividendo?, técnicas de valoración de empresas, estrategia empresarial, contabilidad, competidores, movimientos corporativos, nuevos productos, previsiones macroeconómicas, información económica general y todo lo que pueda afectar al valor de un título.

Esta herramienta tiene hándicaps importantes porque el mercado se puede mover en contra de nuestras previsiones y de no situar un stop podríamos arruinarnos o quedarnos "pillados" esperando años o décadas que el precio se dirija a donde estimamos. Es un análisis que no tiene en cuenta el timing, no establece cual sería el mejor punto de entrada, y es más laborioso porque un buen análisis fundamental puede llevar muchos días realizarlo. Pero quizás el problema más serio del análisis fundamental es que se trabaja sobre datos pasados. Las empresas cotizadas presentan resultados de forma trimestral y son los datos que llegan al gran público.

No tenemos tiempo real de la situación de la empresa, mientras que sí tenemos tiempo real de las variaciones del precio, lo que provoca que sea una herramienta menos "democrática" que el análisis técnico.

Y debemos tener en cuenta que la Bolsa se adelanta unos seis meses a la economía real y no descuenta la situación de una empresa, sino si va a mejorar o a empeorar.

Un claro ejemplo es valorar la compra de una acción por la rentabilidad por dividendo, sin tener en cuenta que el dividendo se descuenta del precio, ya que la empresa vale menos al repartir dinero entre sus accionistas, dinero que sale de la caja. Una empresa que cotiza a 10 euros y da un dividendo de 1 euro, suele abrir al día siguiente en 9 euros. Además muchos inversores invierten en un título pensando que solo cobrando un dividendo x recuperarían la inversión en x años, sin contar que las empresas pueden cancelar el dividendo o reducirlo.

La mayoría de inversores que usan análisis fundamental lo complementan con el análisis técnico. Deciden qué empresa comprar basándose en análisis fundamental pero necesitan el técnico para decidir cuándo comprarla y limitar las pérdidas, mediante un stop.