El Ibex cerró la semana prácticamente plano, con ganancias del 0,10%, tras cerrar febrero con pérdidas del 1,50% y mantiene ligerísimas ganancias anuales.

En la semana destacó el lunes, el segundo y último día de votación para las elecciones generales en Italia, en las que se confirmó la disgregación del voto y las dificultades para formar Gobierno ante la tímida victoria de Bersani, el ascenso de Grillo y el alto respaldo a Berlusconi. Resultados que asustaron a los mercados, con subida de la prima de riesgo de los periféricos en especial la italiana, en una semana donde el país transalpino tuvo que pagar más por la deuda a 6 meses y con el MIB como peor índice europeo.

Las bolsas digirieron bastante bien la rebaja de rating de Moody´s a Reino Unido, con la que solo quedan 11 países con máxima solvencia. Eso sí, la libra siguió acumulando más caídas en 2013. Como nota positiva el déficit español bajó al 6,74% del PIB en 2012, mucho más cerca de lo esperado del objetivo del 6,3%.

En EEUU aumentan las dudas ante la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para evitar recortes de gastos masivos, pero gustaron al mercado las palabras de Bernanke afirmando que las ventajas de los estímulos superan sus riesgos.

Siguen los planes de recorte de plantilla en bancos como Bankia, CaixaBank o JP Morgan.

Continuó la temporada de resultados empresariales, con pérdidas para FCC, Sacyr, ACS, IAG y Bankia y beneficios aunque menores en Endesa, Amadeus y Repsol. Para finalizar Técnicas Reunidas elevó ligeramente su beneficio en 2012.

Bombazo informativo el viernes al solicitar Pescanova preconcurso de acreedores y su suspenderse su cotización en Bolsa en una semana en la que también se especuló con una posible OPA de Enel a Endesa.

El peor índice europeo durante la semana fue el MIB con pérdidas semanales del 2,47%, lastrado por la inestabilidad política en Italia. Los índices norteamericanos cerraron con tímidas alzas. El Dow Jones +0,64%, el tecnológico Nasdaq 100 +0,38% y el SP 500 +0,17%. Nuestra principal recomendación para este año, el Nikkei, bolsa japonesa, siguió brillando, con un año espectacular, y subida semanal del 1,90%.

En el Ibex, los mejores en la semana fueron Endesa, Abengoa y Repsol con alzas del 4,92%, 4,91% y 4,86% respectivamente. La primera, aupada por los rumores de OPA, sigue su round alcista de corto plazo. Abengoa en un típico rebote técnico tras grandes caídas acumuladas y Repsol tras encontrar soporte clave en cotas superiores a 15 euros.

Los peores de la semana fueron Técnicas Reunidas, Amadeus y Mediaset. Técnicas Reunidas cayó con fuerza tras presentar resultados, que no gustaron al mercado tras ampliar tímidamente su beneficio. Amadeus tampoco tuvo el beneplácito a sus resultados, al reducir beneficio y con recomendación posterior de infraponderar por parte de Chevreux. Mediaset acusó la caída de sus ganancias en 2012, que bajaron un 54,6% y el juicio en Italia sobre fraude fiscal en el que testificó Berlusconi.

En el mercado continuo destacó el desplome del Banco de Valencia, con caídas del 90,99%, hasta 0,01 euros, tras la emisión de títulos nuevos para atender un canje de híbridos por acciones. El aluvión de ventas de antiguos inversores en preferentes y subordinadas tumbó al valor.

La corrección siguió en materias primas como el oro y la plata pero especialmente el petróleo, que cayó con muchísima fuerza.

En el mercado de divisas, volvió a caer la libra y siguen en corrección el euro y el franco suizo. El dólar volvió a brillar como divisa refugio.

Un concurso de acreedores es un proceso judicial al que se acogen personas físicas o empresas ante una situación de insolvencia. Les permite congelar el pago de los créditos. Abarca las situaciones de quiebra y suspensión de pagos. La legislación actual es de 2003.

Se produce cuando la empresa está en una situación donde no puede atender los pagos de sus acreedores y recurre a la justicia para poner orden en la situación y pagar las deudas. Si el concurso es solicitado por la propia empresa sería un concurso voluntario, si es solicitado por un acreedor que quiere cobrar, se denomina concurso necesario.

Si es voluntario, el deudor deberá justificar su estado de insolvencia, y si es necesario, el acreedor deberá justificarla por existencia de embargos por ejecuciones pendientes, impago de salarios e indemnizaciones, incumplimiento generalizado de pago de obligaciones tributarias o demás retribuciones derivadas de las relaciones de trabajo.

En el auto de declaración del concurso se nombra por el juzgado a tres administradores. En la mayoría de casos la administración concursal solo tutela y vigila, sin sustituir la dirección de la empresa concursada. Si el concurso es voluntario se permite a los gestores llevar las riendas pero juez y administradores pueden vetar sus decisiones.

La administración concursal envía una carta a los acreedores solicitando que comuniquen lo que les debe la empresa concursada. A partir de ahí la administración concursal elabora un informe de quiénes son los acreedores y cuánto se les debe y qué bienes tiene la empresa para responder a las deudas. Ese equipo externo evalúa si el estrangulamiento financiero es pasajero y si la empresa es viable o hay que liquidarla. El concurso pretende facilitar la continuidad de la empresa.

En el procedimiento se protege más a los débiles, como los trabajadores y se posterga a quienes han tenido influencia en la mala situación económica o pueden salir beneficiados del concurso, como administradores de la firma o personas relacionadas con el concursado.

En resumen se pueden marcar seis fases en el concurso:

1. Declaración del concurso, con posibles medidas cautelares.

2. Administración concursal con nombramiento de administradores y rendición de cuentas

3. Determinación de activos.

4. Determinación de la masa pasiva (créditos contra el deudor)..

5. Convenio o liquidación de la empresa.

6. Calificación y efectos del concurso.

El concurso termina de una de las siguientes formas:

Pago de la totalidad de créditos concursales a los acreedores, llegar a un acuerdo con ellos y continuar la actividad o liquidar la firma.

Existe además el preconcurso de acreedores, que posibilita suspender la obligación de presentar concurso voluntario durante hasta 4 meses. En ese periodo la empresa puede preparar la declaración del concurso o lograr un pacto de refinanciación que evite el concurso. Una de las ventajas es que impide que los acreedores presenten concurso necesario de acreedores y facilita que, con el aviso, los acreedores negocien o refinancien su deuda.