En paro, agotadas las prestaciones del Gobierno y con problemas para afrontar deudas a corto plazo y llegar a fin de mes. Es el perfil habitual de los ciudadanos que en el último año se han visto obligados a rescatar sus planes de pensiones privados, concebidos en principio como un complemento tras la jubilación, y que ahora se erigen como último salvavidas para evitar la quiebra familiar. En toda España, 95.000 titulares de estos productos han acudido a sus bancos para cancelarlos y exigir la devolución de los fondos invertidos y de ellos, 4.500 residen en Galicia, de acuerdo con los datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) y la Asociación de Usuarios de Bancas, Cajas y Seguros (Adicae).

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