La dirección de la firma gallega Sargadelos y la plantilla celebraron ayer la primera reunión de cara a negociar el expediente de regulación de empleo (ERE) incluido en el plan de viabilidad que, según la compañía, "pretende salvar la empresa". La medida supondría el despido de 70 de los 165 trabajadores de los centros de Sada y Lugo. En el caso de la fábrica coruñesa -Cerámicas O Castro-, la empresa propone el despido de 29 de los 77 profesionales en plantilla, mientras que para la fábrica de Cervo -Cerámica de Sargadelos- plantea la salida de 41 de los 88 trabajadores.

Los representantes de Sargadelos aportaron el plan de viabilidad que plantea la compañía y documentación que, aseguran, avala los ajustes. El comité de empresa, a la espera de analizar "a fondo" los datos, insistió en que la dirección justifica el ERE en el descenso de las ventas -la firma asegura que los ingresos son inferiores al gasto en personal- y que los trabajadores intentarán corroborar si la situación es tan crítica.

"Vamos a analizar la documentación para saber si el ERE está justificado y si la forma de plantearlo es correcta. Revisaremos los datos de forma exhaustiva. Pero la voluntad de los trabajadores es que esto salga adelante", explicó David López Riobóo, de UGT. "Sabemos que ha habido un bajón en las ventas pero vamos a ver cuál es la situación real. La plantilla está comprometida con la continuidad de la empresa, como demuestran los cuatro ERE temporales que pactamos en los últimos años", explicó la presidenta del comité de empresa de Cerámicas O Castro, Mercedes Miramontes.

Pese que ayer fue el primer encuentro entre las dos partes, y todavía no se han abordado las condiciones del ERE -como las indemnizaciones-, ya hay un punto de desencuentro entre la dirección y el personal. La plantilla, tanto la de la fábrica coruñesa como la de Cervo, decidió por unanimidad negociar el despido colectivo por centros -por cuestiones logísticas y organizativas-, pero la empresa se niega y plantea una negociación conjunta. "Estamos muy unidos los dos centros, coordinados en todo momento, pero a efectos de la negociación y de transmitir las novedades a los trabajadores sería más fácil abordar el ERE por fábricas, y así lo hemos pedido", aclaró Miramontes. "La empresa nos dice que no quiere, que es lo mejor para los dos centros", añadió.

López Riobóo, por su parte, cuestionó que ahora la empresa no quiera negociar los despidos por separado cuando en los ajustes anteriores "no tuvo ningún problema". "La voluntad de los trabajadores es que Sargadelos siga adelante. La dirección justifica la medida por el elevado gasto en personal pero no debe olvidarse de que es una actividad artesanal y que el mayor activo de la empresa son sus trabajadores", sentenció López Riobóo.

José Luis Vázquez, uno de los accionistas de la compañía fundada por Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane, reconoció la importancia que tiene la plantilla para Sargadelos pero aseguró que la medida responde a "una situación límite". "Esta es una empresa manufacturera y el mayor activo que tiene es su personal. Es una decisión dura, que nos cuesta mucho tomar, y la hemos retrasado hasta que no nos ha quedado más remedio", explicó Vázquez. "Planteamos otros ERE, planes de viabilidad, ampliaciones de capital y pusimos a disposición el patrimonio de la empresa. Pero fueron parches que al final adelgazaron la compañía. Ahora pretendemos garantizar su futuro", añadió este accionista de Sargadelos.

Los problemas económicos de la firma gallega de artesanía comenzaron hace ya más de cuatro años, periodo en el que presentó cuatro ERE temporales -la plantilla está inmersa en el cuarto, que finaliza en diciembre- y tres planes de viabilidad. Pese a estas medidas, la dirección asegura que produce el doble de lo que vende y que lo que obtiene de su actividad comercial no llega para cubrir salarios. De hecho, Sargadelos solicitó el preconcurso de acreedores para tratar de refinanciar su deuda, para lo que tendrá un plazo de cuatro meses.

Las dos plantas que posee la firma perdieron más de 269.000 euros en 2012 por la caída de ventas. La mayor parte corresponde a la fábrica de Sada, Cerámicas O Castro, más de 240.000 euros, por los poco más de 29.000 de la de Cerco, Cerámicas de Sargadelos.