El recibo de la luz subirá con seguridad el día 1 de enero. Falta saber en qué proporción lo hará, aunque algunas estimaciones oficiosas indican que el encarecimiento podría estar entre el 7% y el 8%. Ayer, el ministro de Industria, José Manuel Soria, rectificó un anuncio anterior y confirmó que el Gobierno incrementará la parte regulada de la llamada Tarifa de Último Recurso (TUR), la que pagan 22 millones de usuarios domésticos. El resto de la factura, la correspondiente al coste de la energía consumida, se fijará mañana en una subasta que, según todos los indicios, también se saldará con una subida.

El ministro Soria ha tardado poco más de un mes en desdecirse sobre el precio de la luz. El 11 de noviembre dio por hecho que los llamados peajes -costes regulados que retribuyen el transporte, la distribución de electricidad, las subvenciones a las energías renovables...- no aumentarían en enero. En aquel momento contaba con que el Gobierno central cumpliría su compromiso, suscrito con ocasión de la última reforma energética, de aportar 3.600 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado para contener el denominado déficit tarifario. Se trata del gran agujero económico (26.000 millones) que arrastra el sistema eléctrico por el desajuste entre lo que se paga por la electricidad y los costes reconocidos y que ha crecido como una bola de nieve en la última década.

A finales de noviembre, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, impuso su criterio y abortó la transferencia de los 3.600 millones, ante el riesgo que suponía para el cumplimiento del compromiso de reducción del déficit público. El resultado es que ese dinero pasará a engrosar el déficit tarifario y generará unos sobrecostes financieros que, como desveló ayer Soria, se repercutirán en los consumidores. El ministro habló de un incremento del 2% en los costes regulados, de modo que una vez trasladado a la factura de un hogar el impacto será del 1% o algo superior.

Pero en el sector eléctrico se da por seguro que la subida será considerablemente mayor. Mañana, jueves, se celebra la subasta que fija el coste de la energía consumida y los indicadores adelantados -evolución del mercado diario y de los mercados de futuros- apuntan, según un cálculo oficioso consultado con fuentes del sector, que la subasta podría saldarse con un incremento de hasta el 15%, lo que se traduciría en un incremento del orden del 6,5% en el recibo.

La combinación del incremento de la parte regulada y del presumible resultado de la puja, en la que participan la compañías generadoras y las comercializadoras -a menudo pertenecientes a los mismos grupos empresariales-, puede ser por tanto una subida superior al 7%. Equivale a unos 65 euros más de gasto anual en la factura de un hogar que consume 4.000 kilovatios/ hora. La luz ya ha subido casi un 60% desde 2007. No obstante, el ministro Soria quiso destacar ayer que 2013 ha sido uno de los años con un incremento más moderado. Como media, expuso, la tarifa se ha encarecido el 0,9%. La electricidad subió en las revisiones de la TUR de enero, julio y octubre. También lo hizo de forma extraordinaria en agosto. En cambio, registró un descenso del 6,6% en abril. El nuevo encarecimiento de la electricidad llega en un momento de alta tensión entre el Gobierno y las empresas con intereses en el sector. El Ejecutivo ha encargado últimamente a la Comisión Nacional del Mercado y de la Competencia que investigue el funcionamiento del mercado mayorista de la luz, donde últimamente los precios se han disparado.

Las grandes eléctricas recibieron además con críticas la decisión del Gobierno de no sufragar los 3.600 millones de déficit con cargo a los presupuestos y que según Industria, tendrán que asumir las grandes del sector.