Rubén Iglesias es un joven gallego que estudió un Ciclo Superior de Automatización y Robótica Industrial y en estos momentos trabaja en una empresa alemana en la zona de Osnabrück. Aún no cumplió los 30 y, como otros compañeros, empezó de prácticas, en su caso el año pasado. Se quedó en el país porque el tutor alemán que se encargaba de su grupo de prácticas se interesó por él en cuanto vio una oportunidad en una empresa. "En esta zona hay mucha industria, yo estoy en una empresa de automoción y en mi trabajo hay muchos empleados alemanes pero también de otros países", explica Iglesias, que aprende el idioma mientras trabaja en la fábrica.

Tiene compañeros portugueses, turcos y también de países del Este. En su caso, no tiene la percepción de ser muchos españoles, quizás "más de otras nacionalidades". Ha de superar unos meses de prueba para lograr un contrato indefinido pero, de momento, está contento con el trabajo, el salario y el planing laboral (ocho horas diarias y un fin de semana de trabajo al mes).

El Gobierno de Alemania acaba de paralizar la línea de ayudas para captar jóvenes (menores de 35 años) dispuestos a trasladarse a territorio bávaro: les ofrecía formación, aprendizaje del idioma y prácticas remuneradas en empresas, a cargo de la Administración alemana. Es equivalente a la FP Dual pero, en solo un año, el país germano recibió 9.000 solicitudes, 5.600 de ellas de españoles. Las peticiones de aprendices superaron las previsiones, según el Gobierno alemán, de manera que se frena la continuidad del programa, dejando en el aire el futuro de jóvenes que vieron en esta alternativa una salida real.

La mayor parte de los gallegos que apostaron por trabajar en Alemania en los últimos años lograron su empleo con prácticas en empresas, normalmente titulados en Formación Profesional que realizan los tres meses de formación práctica en compañías alemanas a través de becas y programas europeos tipo Erasmus. En cuanto a los titulados universitarios, lo que más solicitó Alemania son ingenieros, arquitectos y enfermeros. En este caso son las propias agencias de contratación las que acuden a España a realizar entrevistas para fichar a los titulados más preparados o que den el perfil para trasladarse a territorio germano. Roberto del Corral es uno de los gallegos que más tiempo lleva en Alemania, en Múnich. Se fue en octubre de 2011 y fichó por una compañía que necesitaba ingenieros industriales. No sabía alemán y fue la propia firma la que le ofreció clases para aprender el idioma una vez allí. "De momento me van las cosas muy bien y una vez que aprendes el idioma la vida se hace más sencilla, en cierto modo", cuenta Del Corral, que en la actualidad no piensa en regresar. También desempeña su carrera profesional en la rama de automoción y, asegura, desde 2013 escucha más español por las calles de Múnich, si bien en su ámbito laboral comparte trabajo con gente de distintas nacionalidades. "El coste de la vida en Múnich es elevado por lo que estar sin trabajo no es viable, yo de momento estoy contento", aclara.

El freno a la oferta de formación y empleo planteado por Merkel se produce pocos meses después de enviar a Galicia a agentes en búsqueda de jóvenes interesados en cursar en Alemania la FP Dual, en junio de 2013. El aperturismo que vendió entonces el Ejecutivo alemán en Galicia se ha frenado ahora de golpe.