Inditex demostró ya antes de estallar la crisis la inmensa fortaleza de su modelo de negocio, basado en una constante expansión mundial, la diversificación de su producto en las diferentes cadenas y un sistema logístico que permite renovar el stock de cada punto de venta dos veces por semana. Las cifras cantan por sí solas. La multinacional textil incrementó sus beneficios un 80% en los últimos cinco años de la Gran Recesión, al pasar de los 1.322 millones de 2009 a los 2.382 del año pasado.

Y eso después de que el líder mundial en distribución textil tuviera resultados espectaculares durante la etapa de bonanza. El beneficio se incrementó cada año por encima del 25% durante la década de los 2000 con la excepción de 2003 y la de 2008 y 2009, con avances de hasta el 5%.

El último lustro del gigante fundado por Amancio Ortega y Rosalía Mera fue igualmente positivo en ventas brutas (avanzaron un 51%) y en las registradas en superficie comparable -se computan las registradas en tiendas que llevan más de un año abiertas-, que aumentaron un 17%. El grupo duplicó su dividendo e incrementó un 37% sus tiendas hasta alcanzar el año pasado las 6.340 en 87 mercados. La compañía sumaba al cierre del año pasado 128.313 trabajadores, 36.012 más (un 39%) que en 2009 y una inversión acumulada de 5.192 millones de euros, 1.240 sólo en 2013, en los centros logísticos que tiene en España.

El presidente del grupo, Pablo Isla, destacó la buena evolución de la compañía en los últimos años durante la junta general de accionistas celebrada en su sede de Arteixo, en la que una vez más dejó claro que sigue sin verle techo al crecimiento de la multinacional textil, a la que ve amplias posibilidades de desarrollo tanto en sus mercados más maduros, concentrados en Europa, como en Asia y América, además de a través de su plataforma online.

Isla defendió la apuesta del grupo por la creación de empleo, que tiene en España 40.000 trabajadores, 82.000 si se contabilizan los puestos indirectos generados entre los 6.600 proveedores de todo tipo que tiene Inditex. El máximo responsable de la compañía destacó el proceso de renovación de la imagen de todos sus formatos comerciales, que arrancó en 2012 con el estreno del nuevo concepto de tienda de Zara en el centro comercial Marineda y tuvo su última presentación con la reciente inauguración de la tienda de Uterqüe del aeropuerto de Barajas. A Inditex todavía le falta llevar esa nueva imagen de cada una de sus cadenas a las más de 6.000 tiendas que gestiona en todo el mundo, un proceso que continúa sin prisa pero sin pausa, dentro de su estrategia de apostar por tiendas más grandes y por localizaciones emblemáticas dentro de los núcleos comerciales de las principales ciudades del mundo. Lo mismo ocurre con los establecimientos ecoeficientes. Al menos 2.200 (el 35%) de la red de Inditex tienen actualmente esta categoría, lo que supone que ahorran un 30% de electricidad y un 50% del consumo de agua.

La junta aprobó ayer un desdoblamiento de acciones -técnicamente conocido como split- de cinco títulos nuevos por cada uno antiguo para dar más liquidez a la cotización del título. La firma reducirá el valor nominal de cada acción, que pasará de los actuales 15 céntimos a 3. Con esta operación, que no altera el capital social -se mantiene en 93,49 millones de euros pero en lugar de los 623,33 millones de acciones actuales, Inditex tendrá 3.116,6 millones-, la compañía busca adaptar el precio de sus títulos a los más habituales de la Bolsa española.

Como explican los analistas, hay inversores no profesionales que no adquieren acciones de Inditex porque las consideran muy caras, independientemente de la rentabilidad que le reporten. Un precio más bajo hace más atractivo el valor. Cada accionista registrado al cierre de mercado el próximo 25 de julio recibirá cinco títulos nuevas por cada uno en su poder. La negociación de las acciones nuevas empezará el próximo 28 de julio.

La junta aceptó además la distribución de un dividendo de 2,42 euros por acción -parte ya se abonó en mayo-; la modificación de los estatutos para recortar el mandato de los consejeros (de cinco a cuatro años), aunque no se aplicará a quienes ya forman parte de la cúpula de la textil. Los accionistas aprobaron la reelección como consejero externo a Carlos Espinosa de los Monteros Bernaldo de Quirós, alto comisionado para la Marca España, y como externo independiente a Rodrigo Echenique Gordillo, presidente del grupo de comunicación Vocento.