"Dar una carrera al hijo" es para muchos padres la mejor herencia que pueden dejar a sus vástagos, pero lo cierto es que un título universitario ya no siempre es sinónimo de empleo, ni tampoco de un buen puesto de trabajo. El año pasado 11.000 licienciados consiguieron un trabajo pero por debajo de su nivel de cualificación, ya que terminaron como camareros o vendedores. Así lo desvela el informe Conocimiento y Desarrollo de 2013, que remarca que el 35,4% de los universitarios gallegos que firmaron un contrato estaban "sobrecualificados" por su formación académica para el puesto designado. La media estatal es tres puntos inferior.

De esos 30.500 jóvenes, un 12,8%, dos décimas más que en 2012, fue fichado para trabajar en "servicios de restauración, personales, protección y vendedores". Son puestos en los que no hace falta pasar por una facultad y bastaría con tener un ciclo formativo de grado medio, bachillerato o incluso un nivel de estudios inferior.

No es el mayor porcentaje de España. En Canarias, asciende al 15,5% y Galicia se sitúa como la undécima comunidad con más universitarios trabajando de camareros, pinches de cocina, haciendo camas o dependientes en tiendas. El porcentaje más bajo se da en Navarra, donde sólo el 4,5% de los licenciados que suscribió un contrato lo hizo como trabajador de baja cualificación en restauración o comercio.

Un 13,9% de los universitarios gallegos logró un empleo como contable, administrativo o desempeñando tareas de oficina. También hubo 5.607, exactamente un 6,5%, que aceptaron "una ocupación elemental", para la que no se requiere "ningún tipo de estudios". Un 1%, que en cifras absolutas son 862 titulados, se hicieron un hueco en el mercado laboral como operadores de instalaciones y maquinaria. Y un 0,9% se situaron como artesanos y trabajadores de la construcción e industrias manufacturareras. Los que menos, 172, consiguieron empleo cualificado pero por debajo de su currículum en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero.

El informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, una entidad creada por iniciativa empresarial y liderada por el Santander, no quiere desanimar a los jóvenes a no estudiar. Todo lo contrario.

Pone el acento en que si difícil es encontrar empleo a un universitario, más complicado es para quien no tiene expediente académico. Así a nivel estatal la tasa de ocupación se redujo entre 2007 y 2013 un 9% para los graduados universitarios y casi un 20% para los que tienen menos nivel de formación. Mucho mejor les fue a los doctores universitarios, cuya ocupación cayó un 2,5%.