El paro en España cayó el pasado mes de julio a niveles que no se veían desde el inicio de la legislatura -desde que Mariano Rajoy tomó posesión como presidente del Gobierno en noviembre de 2011- como consecuencia de varios meses de descensos. En el caso de Galicia son los mejores datos desde octubre de ese mismo año, justo antes del cambio en La Moncloa. Esta buena evolución de las cifras globales oculta, sin embargo, un recrudecimiento de la situación para los parados de larga y muy larga duración, que cada vez son más y muchos de ellos carecen de cualquier tipo de prestación por desempleo.

Las dificultades para encontrar trabajo que tienen los gallegos que más tiempo llevan anotados en las listas del antiguo Inem no han desaparecido, como demuestra que de los 40.978 parados menos registrados en Galicia entre febrero y julio -seis meses seguidos de descenso del desempleo en la comunidad- solo 1.776 correspondían al grupo de parados que llevan más de dos años buscando ocupación.

Esos largos periodos sin tener un puesto de trabajo son los que provocan que los desempleados de larga duración agoten sus prestaciones y subsidios y muchos de ellos se encuentren en serias dificultades económicas. Pese a que las cifras del paro en Galicia son similares a las de octubre de 2011, los gallegos sin ocupación que ya no cobran ningún tipo de ayuda del Servicio Público de Empleo (SEPE) aumentaron en 26.000 en estos casi tres años. Mientras que el mes antes del cambio en el Gobierno central la comunidad gallega tenía 95.747 desempleados que no cobraban ningún tipo de prestación por su situación laboral (el 39% del total), en junio de este año (último dato publicado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social) superaban los 122.000 (el 48% de los parados registrados), lo que supone un aumento del 27%.

De los 130.195 gallegos que sí perciben algún tipo de ayuda por carecer de trabajo (frente a los 146.395 de octubre de 2011), 57.886 cobran el paro (la prestación contributiva), 59.460 el subsidio por desempleo de 426 euros al mes y 12.849 la Renta Activa de Inserción (RAI), también dotada con 426 euros. Mientras, los beneficiarios de la prestación contributiva cobran en Galicia una media de 768,7 euros al mes.

Por provincias, la gallega que cuenta con más inscritos en las listas del antiguo Inem que carecen de cobertura por desempleo es Pontevedra, con 49.586 de los 101.298 totales, lo que significa que el 49% de los parados pontevedreses ya no cobra ni la prestación contributiva ni el subsidio ni la RAI. En octubre de 2011 se encontraban en esta situación 38.230 desempleados de la provincia, el 39% del total, lo que supone un aumento del 30%, con 11.356 parados de larga duración que carecen de ingresos económicos por su situación laboral.

A Coruña es la segunda provincia gallega con más personas sin protección del Ministerio de Empleo, con un total de 48.065, 9.504 más que en octubre de 2011, lo que supone un aumento del 25% en menos de tres años. La proporción de parados coruñeses sin ningún tipo de subsidio alcanzó en junio de este año el 49%, nueve puntos más que al inicio de la legislatura de Rajoy, cuando era del 40%.

Lugo, por su parte, lidera junto a Pontevedra el aumento porcentual de los desempleados sin ayudas económicas dependientes del SEPE, con un repunte del 30% desde octubre de 2011. Por entonces había 8.548 lucenses en esa situación, cifra que superó en junio los 11.100, con 2.583 más. La proporción de parados que no cobran subsidios subió del 36% al 45%.

En el caso de Ourense el repunte de los profesionales anotados en el antiguo Inem que carecen de prestación fue de 2.925 personas, un 28%, al pasar de los 10.408 registrados hace casi tres años a los 13.333 de hace dos meses. Ahora el 48% de los desempleados ourensanos no cobra ningún subsidio, mientras que en octubre de 2011 el porcentaje rozaba el 40%.

La situación es muy similar en el conjunto del Estado. El número de parados que no cobran ningún tipo de prestación o subsidio por desempleo aumentó un 26% desde la llegada de Rajoy al Gobierno, al pasar de las 1.569.861 personas que estaban en esta situación hace casi tres años a las 1.980.273 contabilizadas en junio. El peso de este grupo -fundamentalmente desempleados de larga duración- sobre el total de parados también aumentó considerablemente: en octubre de 2013 representaban el 36% del total y ahora superan el 44%.