Un 10% de los 45.000 establecimientos comerciales de Galicia tendrán que renegociar el precio de alquiler o bien cambiar de local al estar sujetos a contratos de renta antigua que vencerán el 31 de diciembre próximo, en aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos.

La Federación de Comercio de A Coruña calcula que un 5% de los 2.200 locales comerciales de la ciudad cuentan con este tipo de convenios -un 10% en Galicia-, lo que supone que sus propietarios tendrán que renegociar el alquiler con sus caseros o buscar otro bajo comercial al que trasladarse.

Los arrendamientos de renta antigua quedaron en realidad heridos de muerte en 1985 con la aprobación del llamado decreto Boyer, aunque no afecta a los particulares o personas físicas.

Los contratos de renta antigua surgieron en la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1964, que fue definitivamente modificada, en 1994 para dar vía libre a los propietarios para pactar con sus inquilinos el precio de los locales. La ley estableció sin embargo una prórroga de veinte años para los inquilinos considerados personas jurídicas -empresas-, que expira el próximo 31 de diciembre.

Los alquileres de locales comerciales pactados antes de la entrada en vigor del decreto Boyer perderán la vigencia, salvo en aquellos casos en los que siga al frente del negocio el titular original del contrato o bien su cónyuge, que están blindados por ley hasta su fallecimiento o jubilación. Si está a nombre de algún descendiente, o bien de una empresa, como ocurre en la mayoría de los casos, quedarán sin efecto, ya que se cumplen los veinte años de prórroga establecidos en 1994.

Miguel Agromayor Vázquez, presidente de la Federación de Comercio de A Coruña, no considera "trascendente" esta medida, ya que, explicó: "Los alquileres se tienen que adaptar a la ley. El arrendatario y el arrendador llegarán a un acuerdo y si no lo hacen, tendrán que cambiar de local".

El presidente de la Federación Galega de Comercio, José María Seijas, considera que es una ley "molesta" pero que la mayoría de los comerciantes ya actualizaron sus rentas cada año y los que todavía no lo hicieron es porque tienen previsto cerrar o jubilarse antes de que finalice el año. Sin embargo, Agromayor apunta que el cierre de locales en el centro de A Coruña no se debe sólo a la crisis económica o al cambio en la normativa, sino también por la influencia de los centros comerciales. Recordó además que hace quince años A Coruña tenía exceso de comercios; algo más de 7.000 frente a los 2.200 actuales.