Los gallegos que trabajan a jornada completa tienen por lo común semanas laborales más largas que el español medio, según muestran los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) recogidos por la Fundación Primero de Mayo (ligada al sindicato CCOO). Es más, los trabajadores la comunidad son los que más tiempo dedican al trabajo: 42,8 horas semanales durante el primer trimestre de este año.

La información extraída de la EPA -una media ponderada que incluye tanto a los trabajadores asalariados como a los autónomos- muestra además que la posición de Galicia no es un hecho puntual. Desde 2008, la jornada laboral media de los gallegos ha sido superior a la que la misma encuesta atribuye al conjunto de los españoles. Ha ocurrido de ese modo y en todos los años desde entonces tanto en la construcción como en los servicios, sector este último que es el que ocupa a más gallegos que trabajan.

Los resultados de la EPA están elaborados a partir de las respuestas de los encuestados y para el cálculo de la jornada laboral se tiene en cuenta tanto la jornada ordinaria como las horas extra de los asalariados, así como el tiempo de trabajo de los autónomos, por lo común superior al de los trabajadores por cuenta ajena. La información disponible no diferencia entre asalariados y autónomos, pero otros datos por países de la oficina estadística europea (Eurostat) corroboran que los autoempleados tienen una mayor dedicación al trabajo. En España, los autónomos trabajan como media casi 49 horas a la semana, frente a las 40,3 de los asalariados.

Del cruce de la información de la EPA y de Eurostat se infiere que la semana laboral de los gallegos es superior a la que se asigna (incluyendo a asalariados y autónomos) a los ciudadanos de buena parte de los principales países europeos: los alemanes (41,6 horas), los franceses (40,5) o los italianos (40,5).

Del caso francés llama la atención el hecho de que el tiempo de trabajo de los asalariados (39,1 horas) no es muy inferior al de españoles o alemanes, a pesar de que desde 1998 se fijó por ley la semana laboral de 35 horas. Esta norma -la ley Aubry, en alusión a la ministra que la impulsó- tuvo un impacto relativo porque a la vez que se recortaba la jornada, la Administración gala dio a las empresas mayor capacidad para modificar las condiciones de trabajo y fijar horas extras. Esa ley, que se mantuvo pese a los intentos de algunos gobiernos de suprimirla, vuelve a estar en discusión por las políticas de ajuste que emprendió el Gobierno francés. El ministro de Trabajo, Emmanuel Macron, reabrió el debate al plantear que la norma de las 35 horas se suprima en las empresas grandes si se pacta entre dirección y sindicatos.

Más horas de trabajo no implican más generación de riqueza. La información de Eurostat revela que España, con semanas laborales iguales o superiores a las de otros países, tiene productividades más modestas. En ello influye el modelo productivo de cada territorio, la calidad en la organización del trabajo, el nivel de formación... En Dinamarca, uno de los estados más prósperos de la UE, la semana laboral media de los trabajadores a jornada completa es de las más bajas (38,8 horas), pero la productividad supera en un 66% a la española.