Entre 70.000 y 80.000 pisos en Galicia cuentan con calefacción central y los propietarios no pagan por el calor que consume cada uno de forma individual, sino que el coste global se reparte entre todos los vecinos, independientemente de que viva todo el año en el inmueble o tenga los radiadores cerrados. Pero esta fórmula, muy común en los edificios con más 25 años de antigüedad, tiene fecha de caducidad, porque la UE obliga a instalar contadores individuales en cada vivienda para que el dueño pague en el recibo la calefacción que realmente ha consumido. El 31 de diciembre de 2016 es la fecha límite. Así que antes de ese plazo, unos 80.000 pisos en la comunidad gallega tendrán que acometer reformas en sus sistemas de calefacción central.

El objetivo es poner fin al descontrol que existe sobre el consumo de energía cuando el coste se carga sobre la comunidad de vecinos. Como siempre se paga lo mismo, se abusa de la calefacción. Y al personalizar su uso y, en consecuencia, los gastos, la UE confía en que la factura energética se pueda rebajar entre un 20% y 30%.

El Gobierno central ultima un real decreto para aplicar en España esta directiva de la UE. El borrador se publicó en abril se prevé que el texto definitivo se aprueba a finales de este mes o en diciembre, manteniendo en todo caso la obligación de instalar contadores individuales. Se calcula que en todo el Estado hay 1,5 millones de viviendas afectadas, de las que unas 80.000 pertenecen a Galicia, cifra también identificada por el IGE como pisos con sistemas de calefacción central.

Hay dos sistemas posibles actualmente. El más sencillo es la colocación de calorímetros -una especie de contador- en cada vivienda, pero esto solo se puede hacer si cada piso tiene un único punto de entrada y de salida del agua de los radiadores. Pero aún así, como depende del diseño del edificio su instalación podría resultar, en algunos casos, excesivamente cara o incluso inviable técnicamente, por lo que entonces se deberá acudir a un mecanismo alternativo, el llamado repartidor de coste de calefacción, que también es el apropiado para los sistemas de columna en los que las tuberías de los radiadores atraviesan verticalmente las viviendas del primero al último piso del edificio.

Entre 25 y 29 euros

Estos repartidores son unos dispositivos del tamaño de un paquete de tabaco que se colocan en cada radiador y calculan el consumo de calor. Actúan por radiofrecuencia y miden el gasto real de cada vivienda, que luego se traducirá en el recibo mensual. El precio de cada dispositivo oscila entre 25 y 29 euros, por lo que para una vivienda con cinco cuartos, el coste inicial se movería entre los 125 y los 145 euros, sin contar luego los gastos de lectura, de lo que se encargaría una empresa externa.

Según las empresas del sector, al poder regular la calefacción al gusto y pagar en función del consumo real, la inversión se amortiza en unos 18 meses.

El incumplimiento de esta directiva comunitaria va acompañado de sanciones, que van desde los 1.001 a los 10.000 euros, que son las multas establecidas en el real decreto de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia, donde se determinan las infracciones y sanciones en materia de consumo energético.