A las pequeñas y medianas empresas de A Coruña les ha quedado clara la importancia del nuevo mantra-remedio anticrisis que políticos y teóricos adoptaron en los últimos años: la innovación. La mayoría de los gerentes de las empresas creen en la importancia estratégica que innovar tiene para que sus empresas sean competitivas, pero no han logrado convencer a sus trabajadores ni tampoco llevarla a la práctica de forma efectiva, más allá de algunos medios técnicos y proyectos aislados de I+D+i. Ese es al menos el diagnóstico que hacen los expertos del programa InnoCámaras de la Cámara de Comercio de A Coruña, que el pasado año realizaron 51 diagnósticos de innovación en pymes y 24 planes de apoyo para empresas del área coruñesa que buscaban llevar a la práctica una teoría a veces poco tangible.

De ese trabajo de campo, los técnicos concluyen que la mayoría de las pymes han interiorizado "la cultura de la innovación", aunque de un modo básico, centrado en aspectos técnicos, y no en la gestión. De hecho los especialistas entienden que la mayor parte de las firmas deberían innovar en su forma de trabajar; es decir, hacer las cosas de otro modo, e incorporar soluciones para mejorar su gestión de la calidad con sistemas como el ISO, por ejemplo, de la seguridad y salud laboral o aplicaciones informáticas para la gestión interna o comercial.

Otras sin embargo, necesitan investigación y desarrollo en colaboración con centros tecnológicos o universidades, ayuda en la tramitación de patentes o asesoramiento en financiación o deducciones fiscales. El perfil de las pymes que participaron en este programa es el de una empresa que no tiene suficientemente identificados los procesos clave en su cadena de valor, cuál es su punto fuerte; carecen de responsable de I+D+i o de una estrategia para llevarla a cabo. Las pocas que hacen una gestión de la innovación delegan este trabajo en su departamento de calidad.

Del grupo de firmas analizadas, las más evolucionadas han desarrollado algún proyecto de I+D+i, pero de forma aislada, sin una planificación.

Quizás en parte por este bajo desarrollo de la innovación práctica, las pymes coruñesas están implantadas en Galicia y en algunos casos en el ámbito nacional, pero no están internacionalizadas y penden de la amenaza de la competencia desde el extranjero.

La firma Parada Dulce, con cinco tiendas de golosinas distribuidas en A Coruña, Lugo y Ferrol, acudió el año pasado a este programa con la pretensión de lograr ayuda para implantar un sistema de información integrado que les permitiese un acceso ágil a la información. Y es que cada una de sus tiendas de alimentación de ocio maneja hasta 3.000 referencias. Simón Val valora la experiencia en la que tuvieron el apoyo de una consultoría para lograr su objetivo.

El programa InnoCámaras, que busca inculcar la cultura de la innovación en las empresas, con un abordaje transversal para abarcar todas las áreas de gestión. El programa de ayudas está vigente también este año y todavía quedan plazas libres, según informa la Cámara. El plan somete primero a las firmas a un diagnóstico con las líneas prioritarias de actuación y luego realiza un plan de apoyo para aplicarlo.