El empresario gallego Manuel Añón acaba de perder, en sus propias palabras, "la primera batalla" de una "guerra" que espera ganar "cueste lo que cueste" y con la que recuperar los más de 25 millones de euros que invirtió en Novagalicia Banco. El Juzgado de Primera Instancia número de 2 de A Coruña acaba de emitir una sentencia en la que desestima la demanda de Hierros Añón contra NCG Banco y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en la que solicitaba la nulidad de los contratos de compraventa de acciones suscritos entre diciembre de 2011 y enero de 2012 con los responsables de la entidad financiera gallega, ya nacionalizada.

La denuncia de Hierros Añón tenía como principal argumento que la entrada en el capital del banco se produjo tras un engaño y que el inversor pensaba en todo momento que Novagalicia era un banco saneado y que no necesitaría nuevas inyecciones de fondos públicos, como finalmente ocurrió. "Entendí que el banco estaba saneado, somos inversores, no suicidas", sentenció Añón durante la vista oral celebrada el pasado 22 de enero.

El fallo del juzgado, con fecha del 16 de abril, considera probado, sin embargo, que no concurrió vicio de consentimiento en la suscripción de los contratos y entiende que se trata de un inversor "cualificado" que contaba con la información suficiente para conocer cualquier circunstancia relevante de la entidad financiera gallega, por cuanto era pública.

De hecho, la resolución rechaza las alegaciones de la empresa demandante de que NCG, y el FROB como su máximo accionista, realizaron un ajuste contable con carácter retroactivo, sin informar a los inversores, como consecuencia de un nuevo real decreto de saneamiento del sector financiero. Precisamente, otro de los argumentos de la sentencia es que el banco no ocultó información porque además de Hierros Añón entraron en el capital de NCG empresarios como Roberto Tojeiro (Gadisa) o el presidente y el consejero delegado de la entidad financiera, todos miembros del consejo de administración y del comité de auditoría de Novagalicia, que debían tener un conocimiento directo de la situación real de Novagalicia.

El fallo señala además que a los riesgos implícitos de este tipo de operaciones, que los inversores conocen, se añadían en el momento de la operación los relacionados con la situación de crisis económica mundial y los propios de la entidad financiera gallega que, dice, eran conocidos y públicos.

Contra la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 2 de A Coruña cabe recurso y el empresario coruñés dejó claro ayer que recurrirá ante la Audiencia Provincial "y ya se verá qué sale". Añón insiste en que él invirtió en un banco que, supuestamente, "era el mejor de España" porque contaba con el respaldo del Estado, lo que entendía como una garantía de su viabilidad futura.

El presidente de Hierros Añón se mostró "sorprendido" con la sentencia del juzgado coruñés pero matizó que cada juez "da su opinión". "Lo malo es que en este caso parece que ha copiado lo que dice el FROB", lamentó el empresario, que se mostró confiado en que las pruebas presentadas durante el juicio sirvan para que la Audiencia Provincial pueda emitir una sentencia favorable a sus pretensiones.

"Tenemos dos sentencias favorables a los inversores y, con esta, dos en contra. Son jueces distintas y cada una decide por su cuenta. Esta batalla es contra el FROB y el FROB, que es el Estado, tiene su fuerza", sentenció Añón a preguntas de este diario.

El empresario defiende la versión dada en el juicio de que en todo momento pensó que NCG era una entidad saneada. "Estaban el FROB, el Banco de España, el Gobierno de España... ¿Qué hay más seguro que eso?", alegó durante la vista oral. También defendió que no pidió una due diligence de las cuentas del banco porque tenía un coste y porque Novagalicia ya había sido auditada por el FROB y por Deloitte, "la auditora de la caja".