No han sido pocos los empresarios y compañías de renombre con sede en Cataluña que anunciaron su intención de abandonar la comunidad si prosperaban los planes soberanistas de parte de CiU y Esquerra Republicana, que aspiran a que las elecciones de septiembre sean una especie de referéndum sobre su futuro. Este es el factor principal que se asoma tras la fuga de 385 empresas de Cataluña durante el pasado ejercicio, de las que 170 decidieron trasladarse a Madrid. Ya sea por motivos de incertidumbre política o por ventajas fiscales -de las que presume la capital-, lo cierto es que Cataluña es la comunidad peor parada del balance elaborado por Axesor sobre el cambio de domicilio fiscal de 5.294 empresas españolas durante 2014.

La comunidad atrajo 602 nuevas compañías, sobre todo madrileñas, valencianas y andaluzas, pero perdió otras 987. Madrid se frotó las manos al hacerse con el domicilio fiscal de 446 firmas catalanas, por las 111 de la Comunidad Valenciana. En pleno año electoral -la mayor parte de las comunidades celebran elecciones este año-, un eventual giro político en algunas de ellas (con cambios de ideología económica incluidos) podrán provocar nuevos movimientos a partir de junio y, en el caso catalán, de septiembre.