Los planes de prevención de delitos que deben preparar las empresas abrirán paso al funcionamiento de mecanismos de delación dentro de las compañías, a la institucionalización del chivatazo. Es una de las derivadas de los cambios en el Código Penal referidos a la responsabilidad de las personas jurídicas que suscitan no pocas dudas e incertidumbres entre las empresas gallegas. En los siguientes puntos se exponen algunas de las principales implicaciones de la reforma:

E¿Por qué delitos puede ser condenada una empresa? La relación comprende los de naturaleza económica (estafas, fraude, evasión fiscal, blanqueo de capitales, insolvencias punibles o falsedad en los medios de pagos), otros relativos al medio ambiente y la protección del consumidor (delitos contra el mercado, contra los recursos naturales o sobre la ordenación del territorio), así como los asociados con la corrupción (cohecho, tráfico de influencias...). Las empresas también pueden ser condenadas por delitos contra la intimidad, allanamiento informático, tráfico de drogas o de órganos...

E¿Qué es un plan de prevención y detección de delitos? El artículo 31 bis del Código Penal señala genéricamente que, para ser consideradas idóneas, las medidas de prevención deben incluir: identificar las actividades con riesgo potencial de delito (elaboración de un mapa de riesgos que será distinto según las peculiaridades de cada sector y de cada compañía), disponer de procedimientos para la toma de decisiones que tengan en cuenta tales riesgos, tener un órgano encargado de velar por el cumplimiento de las normas y un código disciplinario para aplicarlo en caso de que sean transgredidas y verificar periódicamente el funcionamiento del sistema.

E¿Quién las debe vigilar? Las empresas de mayor dimensión habrán de asignar esa tarea a una persona u órgano con cierto grado de independencia respecto a la dirección. Lo más común será que ese trabajo se encargue a los responsables de servicios jurídicos allí donde existan. En las empresas más pequeñas se acepta que ese papel lo desempeñe el administrador. En ambos casos, la reforma del Código Penal abre paso a "la cultura del chivatazo" dentro de las empresas, extendida en el ámbito anglosajón y que en países como España suele generar rechazo. Los expertos prevén que los planes de prevención de delitos incorporen mecanismos para que los directivos o empleados, protegidos por el anonimato, delaten a aquellos otros que puedan estar incurriendo en conductas delictivas.