La trascendental subasta de la interrumpibilidad -los incentivos eléctricos que reciben las empresas electrointensivas como Alcoa por reducir o suspender su consumo eléctrico si el sistema no logra atender la demanda- que el Gobierno celebrará la próxima semana ya no es una garantía de futuro para las plantas españolas de la aluminera estadounidense, entre ellas la de A Coruña, con más de 400 trabajadores. Este es el mensaje que trasladó ayer el presidente de Alcoa España, Rubén Bartolomé, a los representantes de los trabajadores de las fábricas de A Grela, San Cibrao (Lugo) y Avilés (Asturias) en su primera visita tras acceder al cargo a finales de julio.

A menos de una semana de que comience el proceso de pujas -se celebrará entre el próximo lunes y el viernes día 4- el directivo de la multinacional estadounidense explicó a la plantilla que lograr un precio competitivo de la electricidad es vital pero que la situación del mercado internacional del aluminio deja en una "situación crítica" a las plantas españolas. La crisis de China está provocando un fuerte descenso del autoconsumo de metales en el país, lo que deriva en que los productores chinos destinen sus elaboraciones a la exportación, con el consiguiente descenso de precios de la materia prima ante la existencia de grandes excendentes. "China está saturando el mercado de metales, entre ellos el aluminio, y el precio está por los suelos", explicó a este diario el presidente del comité de empresa de Alcoa A Coruña, Juan Carlos López Corbacho. "La cotización del aluminio ya era baja en diciembre y ahora mucho más, se cuadriplican las caídas. Si la situación se mantiene está claro que la empresa adoptará medidas como cierres o descensos de la producción y habrá que ver a qué factorías afecta", añadió el portavoz de la plantilla coruñesa.

El encuentro con el presidente de Alcoa España se produjo tras la solicitud de una reunión por parte del comité de empresa coruñés una vez conocida la fecha de la subasta de la interrumpibilidad. "En ese momento pedimos reunirnos con él, para que nos aclarase dudas sobre el sistema de pujas y se presentase a la plantilla", aclaró López Corbacho, que matizó que la empresa ya había "dejado caer" en los últimos meses que la evolución del mercado mundial del aluminio estaba amenazando el futuro de las plantas españolas. "No es nada nuevo, pero la situación se recrudece a las puertas de la subasta de la interrumpibilidad. Si antes el precio del aluminio fluctuaba poco a poco, ahora estamos viendo que baja semana a semana. Y los costes siguen igual, con lo que la situación es muy grave", relató el presidente del comité de empresa de A Coruña. "Realmente, la amenaza de cierre de la planta, o la adopción de otras medidas como reducir producción, nunca desapareció", sentenció López Corbacho, que defiende la continuidad de la fábrica de A Grela por ser "rentable" si cuenta con una tarifa eléctrica igual a la de otros países competidores y con un mercado normalizado.

De hecho, el representante de la plantilla coruñesa apuntó que las consecuencias de la crisis china están afectando a todas las fábricas de Alcoa. "Actualmente muy pocas plantas del grupo dan beneficios, aunque la dirección ponga el foco en las españolas", remarcó López Corbacho.

Una subasta clave

Los representantes sindicales consideran "imprescindible" que las factorías de A Coruña, Avilés y San Cibrao logren buenos incentivos eléctricos en la subasta de la próxima semana para así partir en igualdad de condiciones con el resto de centros del grupo en la carrera por la supervivencia en un mercado marcado por la crisis china. "El resultado de la puja es vital para que tengamos posibilidades de salvarnos, porque si esto sigue así Alcoa apostará por mantener las fábricas más rentables", resumió el portavoz de los trabajadores coruñeses.

Los sindicatos, pese a todo, reclamaron a Bartolomé un compromiso de continuidad de las fábricas españolas y un plan estratégico y de inversiones que posibilite la operatividad de las plantas a largo plazo. Además, lamentaron que el programa de ahorro y contención del gasto que aplicó la dirección de la empresa en los últimos años está repercutiendo de forma negativa en su desarrollo.

La estrategia de reducción de producción marcada por el presidente de Alcoa, Klaus Kleinfeld, "hace tiempo que se ha demostrado que es fallida", aseguraron fuentes sindicales. En enero de 2012 anunció que la empresa iba a reducir su producción mundial un 12% con el fin de lograr que el mercado internacional del aluminio levantara cabeza: a menos aluminio a la venta, mayor precio. Sin embargo, la cotización del mineral en la Bolsa de Metales de Londres (LME, en sus siglas en inglés) apenas varió su perspectiva de caída libre. La tonelada de aluminio primario se vendía en agosto de 2012 a 1.843,33 dólares y ayer el precio de referencia quedó en 1.485 dólares.

Todos los analistas internacionales observan la situación que están viviendo los productos básicos (commodities en la jerga económica inglesa) con extrema preocupación. Y todos apuntan a la nueva política económica de China como su causante. Hasta el año pasado, el mayor mercado del mundo había sido eminentemente importador. Las cosas cambiaron con la apertura de los puertos: China empieza entonces a exportar y lo hace a lo grande. Alcoa calcula que el gigante asiático va a colocar en el mercado 4,4 millones de toneladas de aluminio primario, diez veces más de lo que fabrican sus tres plantas en España (A Coruña, San Cibrao y Avilés).