La decisión de la Secretaría de Estado de Energía de reducir a ocho -frente a los nueve del año pasado- los bloques de 90 megavatios (MW) que saldrán a concurso en la subasta de los incentivos por la interrumpibilidad -el servicio por el que las empresas electrointensivas reducen o suspenden su consumo eléctrico cuando el sistema no logra atender la demanda- de la próxima semana crispó los ánimos de los trabajadores de la planta coruñesa de la aluminera Alcoa, que ven más difícil lograr un resultado positivo que evite el riesgo de cierre de la factoría. A la espera de saber cuántos son los candidatos a hacerse con esos ocho bloques -no se sabrá hasta después de la puja-, el comité de empresa de la fábrica de A Grela considera "insuficientes" los paquetes puestos en liza por el Gobierno, "sobre todo teniendo en cuenta que se podían ofertar hasta 13, según lo publicado en el Boletín Oficial del Estado del 4 de agosto".

Los trabajadores recuerdan que el año pasado salieron a subasta nueve bloques de 90 MW y que hubo 12 pujadores, lo que provocó que Alcoa se quedase sin tres de los que necesitaba y estuviese a punto de cerrar las plantas de A Coruña y Avilés (Asturias), con 400 trabajadores cada una. Finalmente, en una puja extraordinaria, obtuvo varios bloques de 5 MW -peor remunerados- que le permitieron mantener la actividad en los dos centros pero sin apenas rentabilidad. Por este motivo, con un bloque menos de 90 MW, la plantilla coruñesa cree que la puja será más dura y ve "despreocupación" en el Ejecutivo por los problemas de la industria española, al diseñar un sistema que puede provocar nuevos cierres de factorías. "Es indignante comprobar cómo al Ministerio de Industria el futuro de la industria de este país le importa un pito. Después de lo ocurrido el año pasado mantiene un sistema anual, incumpliendo las promesas, y encima no oferta los bloques suficientes para la industria demandante, convirtiéndose así en el principal culpable del futuro cierre de factorías", denunció el comité de empresa de la fábrica de A Grela.

La plantilla coruñesa de Alcoa aseguró además que el Gobierno "carece de política industrial" y sostuvo que la creación de un nuevo modelo energético a semejanza de otros países europeos -"para evitar la deslocalización de la gran industria y la pérdida de miles de empleos"- "parece menos importante que salvaguardar los márgenes de beneficio de las empresas energéticas del país". "El mantenimiento del empleo y de la industria no es una prioridad. Sí lo es ahorrar de manera miserable haciendo competir a la industria electrointensiva incrementando así sus costes eléctricos, a pesar de saber que esto nos resta competitividad con el exterior y nos expone al desastre", sentencia el comité de empresa de Alcoa A Coruña.

Los trabajadores de la factoría de A Grela también cuestionaron la actitud de la multinacional aluminera en la subasta del año pasado y reclamaron "libertad" en la puja de 90 MW de este año. La plantilla considera que en 2014 la empresa dio preferencia a la factoría de San Cibrao (Lugo), que logró tres de los cuatro bloques de 90 megavatios que necesitaba, anteponiendo sus intereses a los de las plantas coruñesa y asturiana, que no lograron los suyos -necesitaba uno cada una- y estuvieron a punto de cerrar. "Queremos libertad para competir. El año pasado A Coruña y Avilés quedaron fuera de los bloques de 90 MW y tuvieron que ir a los de 5 MW, bajando su remuneración. Ahora, si logramos alguno de 90, está claro que vamos a mejorar sí o sí", explicó el presidente del comité de empresa de la planta coruñesa, Juan Carlos López Corbacho. "El precio medio del megavatio en el bloque de 90 MW quedó el año pasado en 295.000 euros y el de 5 MW, en 95.000 euros. Es mucho mejor conseguir uno de 90 MW, aunque sea a la mitad del precio medio del año pasado, que el de 5 MW", añadió.

Por ello, López Corbacho confía en que este año la firma se tome "más en serio" la subasta y que plantas como la coruñesa no acudan a ella de "escuderos" de otras plantas del grupo. "Lo tomaríamos como una agresión de la propia compañía", concluyó.

Pase lo que pase, los trabajadores de A Grela aseguran que mantendrán las protestas en los próximos meses para exigir al Gobierno que elimine el sistema de puja anual y se defina un nuevo marco energético "estable y justo". Pero también advierten de que si la compañía antepone los intereses de otras plantas a los de la coruñesa, replantearán sus movilizaciones para enfocarlas "contra los culpables de esa situación", la propia Alcoa.

La subasta de los incentivos eléctricos se celebra entre mañana y el viernes en Madrid y las primas que logre la factoría coruñesa serán determinantes para que sus costes de producción sean o no competitivos tanto con otras plantas del grupo aluminero como del resto de compañías del sector. El año pasado la planta de A Grela estuvo al borde del cierre. La plantilla confía en que este año no sea así.