Desde que Pescanova entró en crisis -públicamente- prescindió de su filial australiana, dejó de contar con cuatro buques en el Atlántico Suroeste, cerró Acuinova SL, se desvinculó de la macroplanta de rodaballo en Mira (Portugal) y perdió Pesca Chile. Las dificultades de tesorería provocaron la entrada en concurso de Pescanova Brasil (dedicada al cultivo de tilapia) y Argenova, la subsidiaria argentina.

La primera de ellas, "de pequeño tamaño", ya ha sido reestructurada, según anunció el consejo esta semana. La segunda está "a punto de cerrar un acuerdo con sus acreedores". La compañía reestructuró también la deuda de filiales de Centroamérica y África. El pasivo de las subsidiarias extranjeras es de 250 millones de euros.