El Centro Tecnológico de Galicia (CTAG) ha participado de forma activa en el desarrollo de los cuatro primeros prototipos autónomos del grupo PSA Peugeot Citroën, concebidos sobre la estructura del Citroën Grand C4 Picasso que se fabrica en Vigo y que ya están en fase de pruebas por las carreteras francesas. Los ingenieros gallegos han trabajado sobre la interacción hombre-máquina (Human Machine Interface) en diferentes escenarios de conducción automatizada, y los primeros test en este sentido se realizaron en el simulador de conducción del CTAG y en la pista de pruebas que se inauguró el año pasado. Los desarrollos se enmarcan en el proyecto Mobile Lab entre el CTAG y PSA, que dio pie a la puesta en marcha de la primera unidad mixta de investigación entre una empresa multinacional y un centro tecnológico gallego impulsada por la Xunta.

El CTAG lleva años innovando en el campo de la conducción automatizada, que combina una serie de tecnologías que permiten al piloto ceder de forma temporal el control del vehículo en situaciones como atascos, maniobras de estacionamiento o trayectos prolongados por autovías y autopistas. Algunos de los avances en los que ha trabajado el CTAG ya se encuentran en el mercado, como el control de crucero adaptativo (ACC), el frenado de emergencia (AEB) o los sistemas de ayuda al estacionamiento (Park Assist). Y otros se están probando en los cuatro prototipos que ha configurado PSA Peugeot Citroën, como el Traffic Jam Assist, con el que el vehículo se mueve de forma autónoma en retenciones y atascos; el asistente para intersecciones (Intersection Assistance) que detecta de la presencia de otros coches antes de entrar en un cruce y la conducción autónoma en tramos de autopista, entre otros.

Colaboración

Los complejos de investigación de PSA en Vélizy y Sochaux (ambos en Francia) se han encargado del desarrollo de los sistemas de asistencia avanzada a la conducción (ADAS & AD), mientras que el CTAG, dentro del programa Mobile One iniciado el año pasado, se ha centrado en la parte del HMI, en cómo puede interactuar el conductor con el coche en diferentes escenarios de conducción. Los prototipos, cuatro Grand C4 Picasso, están equipados con todo tipo de sensores, radares, sistemas láser y de comunicación, cámaras y dispositivos de ultrasonidos para monitorizar en tiempo real todo lo que sucede a su alrededor y adaptar la conducción a las circunstancias. En cada coche van dos ingenieros para examinar el funcionamiento de los equipos, en particular una cartografía con los datos registrados de la ruta y unos detectores láser y radar para recibir información en tiempo real sobre la carretera y el tráfico. Los vehículos se ajustan a la velocidad autorizada en cada tramo.

El grupo PSA ha sido el primer fabricante en obtener permiso de las autoridades francesas para aplicar estas nuevas tecnologías en carreteras normales. Los test comenzaron a principios de julio y en esta primera fase las pruebas se prolongarán durante 18 meses en el periférico de París y en diversas vías rápidas que llegan hasta Burdeos y Rennes. En total, los prototipos recorrerán unos 2.000 kilómetros. Después arrancará una segunda etapa de pruebas a gran escala por todo el país. El próximo día 14 está prevista una puesta de largo de estas experimentaciones, con la presencia en uno de estos vehículos del ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, en el circuito de Vélizy, en las afueras de París. Un acto en el que no se descarta que pueda estar también el primer ministro, Manuel Valls.