Las facturas de los suministros energéticos a los hogares han tenido en los últimos meses un comportamiento dispar: el gas se ha abaratado, pero la luz es más cara que hace un año, incluso a pesar de que el pasado agosto entró en vigor una rebaja de los costes regulados que aprobó el Gobierno camino de las elecciones generales de diciembre. Ayer, el ministro de Industria, José Manuel Soria, afirmó que en 2016 "habrá margen" para una nueva rebaja. Sí se abarata desde hoy un 4,9% el precio de la bombona de butano, que pasará a costar 12,76 euros.

Los precios del gas natural y del butano están conectados con la cotización del petróleo. El butano es un derivado del crudo, de modo que esa conexión es directa. En el caso del gas natural, los contratos de las comercializadoras con los productores están indexados al precio del petróleo. Si este hidrocarburo sube o baja, lo hace también el gas natural, aunque generalmente no de manera instantánea, sino pasados unos meses. Esa relación con la cotización del barril, que en un año ha bajado algo más del 50%, explica que el recibo del gas haya sido durante todo lo que va de este año más barato que en 2014. El pasado mes de agosto ese descenso interanual se aceleró y llegó al 13,1%, según la información que el Instituto Nacional de Estadística (INE) reúne para elaborar el índice de precios al consumo (IPC).

Tras los cambios en la forma de determinar el precio de la luz, una de las escasas referencias sobre la evolución del coste para los hogares son las cuentas del INE, que están basados en datos oficiales de Red Eléctrica de España (REE). Según esa fuente estadística, el precio de la electricidad para los hogares ha sido durante este verano más alto que en 2014. En julio, ese incremento interanual era del 8,6%. En agosto, se moderó hasta el 2,6%. En ese mes comenzó a aplicarse la rebaja en la parte regulada del recibo (-2,2%, según los anuncios del Gobierno).

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El Ministerio de Industria cambió la metodología para fijar el precio de la luz a partir de abril de 2014. Desde entonces, la parte que corresponde al consumo de luz (alrededor de un tercio del recibo) comenzó a facturarse según las variaciones del mercado mayorista, donde a diario los productores de electricidad y las empresas comercializadoras venden y compran la energía. En él los precios varían cada hora.

El Gobierno defendió que esa nueva fórmula -que en octubre se perfeccionará con la facturación por horas según los consumos reales del usuario- abarata los precios frente al sistema anterior de subastas, siempre bajo sospecha de manipulación. Las cuentas del INE señalan que, en tasa interanual, el recibo de la luz se abarató en cuatro de los dieciséis meses comprendidos entre abril de 2014 y agosto de 2015. En el resto subió.

Sobre el papel, el precio de la luz también está conectado con el del petróleo. El gas natural se utiliza para la generación en las centrales de ciclo combinado. Y los precios internacionales del carbón que se quema en las térmicas también reaccionan a la evolución del crudo. Sin embargo, los datos del mercado mayorista indican que el coste de la energía ha sido superior este año. Presumiblemente, la alta demanda por las elevadas temperaturas de este verano, que obligaron a un funcionamiento mas intenso de las centrales de carbón, tiró del precio de la energía hacia arriba y limitó el impacto del petróleo. El precio del butano, regulado por el Gobierno, sí ha reaccionado. La bombona tradicional (12,5 kilos) costará a partir de hoy un máximo de 12,76 euros, lo que supone un descenso del 4,9% respecto a su precio actual y del 27% respecto al que marcaba a comienzos de año.