Anged, la patronal de las grandes superficies (hipermercados y grandes almacenes), exigió ayer una mayor libertad comercial para poder competir con las empresas que operan en internet y que están sujetas a unas normas totalmente distintas en materia fiscal, laboral y regulatoria. Durante su intervención en la asamblea anual de Anged, el presidente de la patronal, Alfonso Merry del Val, reclamó flexibilidad para que el sector pueda adaptarse a los nuevos hábitos del consumidor, que cada vez distingue menos entre las tiendas físicas y las virtuales y que busca servicio, conveniencia, eficiencia, garantía y precio.

En su opinión, la "receta" usada en los últimos 40 años de imponer barreras de entrada a nuevos competidores, impedir la apertura de tiendas, limitar los horarios de apertura o gravar con impuestos específicos a los grandes formatos ha causado que la competitividad del comercio español esté a la cola de los grandes países desarrollados. Esa "hiperregulación compleja, engorrosa y fragmentada" tampoco logró proteger al pequeño comercio, fin por el que supuestamente fue creada, señaló.

Discurso erróneo

Merry del Val lamentó que, en medio de una revolución del consumo sin precedentes, el discurso proteccionista haya reverdecido en algunos ámbitos, y se preguntó si se va a prohibir a los usuarios comprar un domingo en Amazon. El mayor distribuidor del mundo es el gigante del comercio electrónico chino Alibaba, "que no tiene ni una sola tienda física ni productos en stock, pero vende millones de referencias las 24 horas del día en varios países", añadió.

Las empresas de Anged se están empleando a fondo para dar respuesta a este nuevo entorno, pero resulta muy complicado abordar este giro, dijo, "cuando buena parte de la legislación comercial impone un estrecho margen de juego" y unas reglas "desiguales, en especial, para los grandes formatos", lamentó.

Las moratorias, los impuestos y todo tipo de restricciones legales a los grandes formatos que siguen anunciando los responsables públicos con el fin de erigirse en protectores del pequeño comercio, son medidas políticas "huecas, cómodas y baratas", pero inútiles para alcanzar sus objetivos", argumentó Merry del Val.