Cristina Álvarez Guil, una de las dos hijas adoptivas del fallecido presidente de El Corte Inglés Isidoro Álvarez, ha sido designada vicepresidenta de la Fundación Ramón Areces, la institución que es el mayor accionista de la compañía de grandes almacenes y otros negocios.

Es la primera vez, desde su constitución en 1976, que el patronato de la Fundación Ramón Areces se dota de una vicepresidencia. Esta innovación está ligada a la búsqueda de un equilibrio interno entre la familia fundadora y los altos cuadros ejecutivos. Los directivos, muchos de los cuales también son accionistas, son mayoría en el patronato desde 1976. Tras la muerte hace un año de Isidoro Álvarez, tercer presidente de El Corte Inglés y segundo de la Fundación Ramón Areces, la familia y los altos cuadros ejecutivos tardaron siete meses en ponerse de acuerdo sobre quién desempeñaría la presidencia de la fundación, un puesto muy relevante en la estructura interna de poder. La tardanza fue insólita en la historia del grupo. También lo fue la decisión: el pasado 22 de abril fue nombrado Florencio Lasaga, un veterano directivo y consejero del grupo que han trabajado a las órdenes de los cuatro presidentes de El Corte Inglés. Por vez primera, la Fundación pasó a presidirla un miembro ajeno a la familia y, también por primera vez, las presidencia de El Corte Inglés y la Fundación ya no recaen en la misma persona.

Ese mismo día se anunció la incorporación al patronato de las dos hijas adoptivas de Álvarez: Marta y Cristina Álvarez Guil. La primera había sido nombrada consejera de El Corte Inglés el 16 de diciembre de 2014 (dos meses después de que su primo Dimas Gimeno hubiese asumido la presidencia del grupo empresarial) y la segunda lo fue el pasado 30 de agosto.