El consejo de administración de Pescanova ha demostrado que sabe hacer malabarismos en el silencio mediático. En los más de dos años que Alejandro Legarda o Fernando Herce llevan en el cargo (son los dos miembros más experimentados), nunca han hablado en público pese a la superación de los concursos de la matriz y las filiales o el divorcio contencioso con la banca acreedora. Pero esta semana la estrategia cambia en las formas: han decidido pronunciarse ante los medios pero sin dejar de jugar al equilibrismo con las palabras. El consejo, que representa a los 9.030 accionistas del grupo pesquero, descarta "de plano" que la compañía galope hacia un escenario de liquidación y reclama una participación "masiva" en la junta extraordinaria del martes 29. Asegura que no pide el voto para ninguna de las dos propuestas (la abanderada por la banca y un grupo de un centenar de socios) e incide en que "las dos" son legales. Esto es, respaldan la de los accionistas. "Que haya una junta sin miedo, que la gente vote en libertad y Pescanova se salve". Sin amenazas de liquidación aunque, como dicen, sin "ningún acercamiento" con los bancos.

"En Pescanova el negocio no ha ido mal, no es una compañía que no esté a corriente de pago", aseguran los consejeros en una reunión mantenida con este diario en Madrid. Este argumento les sirve para decir que la sociedad "no se puede liquidar". "No hay precedente de que un juez haya aprobado la liquidación por la interpretación de un convenio y sin cambiar las quitas o plazos de pago", concluyen.