Varios congresistas de EEUU integrantes del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes reclamaron ayer acciones penales (uno de ellos invocó incluso la petición de cárcel) para los responsables del fraude de los motores diésel de Volkswagen. Ocurrió durante la comparecencia ante la Cámara del presidente y consejero delegado de la filial en EEUU del consorcio automovilístico. Michael Horn aseguró que lo sucedido con el software que podía manipular las emisiones de los motores diésel "no fue una decisión corporativa", sino una modificación que llevaron a cabo "un par de ingenieros". Según Horn, los responsables del engaño "serán identificados" y sufrirán las consecuencias. Horn admitió que conocía la manipulación de las emisiones en Estados Unidos desde hace año y medio.

La Fiscalía alemana realizó ayer registros en varias sedes de Volkswagen, entre ellas la central en Wolfsburgo, y en domicilios de trabajadores del grupo para recabar información que permita identificar a las personas implicadas en el trucaje de los motores diésel.

La Fiscalía de Braunschweig, cercana a Wolsfburgo (norte del país), explicó que dio ese paso para incautarse de documentación y soportes informáticos "que puedan contener información sobre el exacto proceder y la identidad de los empleados de la compañía implicados" en los presuntos hechos delictivos que investiga.

La filial estadounidense de Volkswagen retiró su solicitud ante la agencia medioambiental norteamericana (EPA), para certificar en el ejercicio 2016 modelos diésel con motores 2.0 hasta que cumpla con los estándares de emisiones del país. Sin esta certificación de la EPA, los vehículos y camiones pesados no pueden ser vendidos, lo que podría dar origen a una espera para la comercialización de estos modelos mayor a la prevista.