El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, aún tiene que rendir cuentas ante la Justicia por las tarjetas black, las preferentes y los sueldos de entidad financiera que dirigió durante casi 14 años.

El archivo de la causa por la compra del City National Bank de Florida no es, sin embargo, la primera vez en que el exbanquero se deshace de una investigación judicial, ya que la que le costó su primera imputación, la de la concesión de un crédito de 26,6 millones al Grupo Marsans de Gerardo Díaz Ferrán, fue anulada por la Audiencia Provincial de Madrid hace algo más de dos años.

Blesa aguarda el desenlace de la instrucción de las tarjetas opacas, por la que tiene todo su patrimonio embargado al no pagar los 16 millones de fianza, la causa por la emisión de preferentes y el caso por los sueldos que percibió la cúpula de la caja entre 2007 y 2010.