La reforma eléctrica dejó sin respiración a las renovables gallegas, especialmente la eólica. La comunidad fue líder en la implantación de parques y precisamente aquellos más antiguos quedaron fuera del nuevo sistema de retribución. "Como dijimos insistentemente, la eólica no provocó el problema", reivindica el secretario de la patronal del viento en Galicia, Íñigo Muniozguren.

-La asociación gallega aseguraba que la reforma podía llevar a parques a la quiebra.

-Hay parques en pérdidas y los promotores están viendo las posibilidades para sacarlos adelante con refinanciaciones.

-¿Pero es generalizado? ¿No hay instalaciones amortizadas?

-Ese planteamiento de que están amortizados no es real. Se siguen pagando los préstamos. Es cierto que no se puede generalizar, pero basta un dato: una empresa que deja de facturar el 50%, como nos ocurrió, tiene, al menos, un problema de viabilidad. Las empresas deben cambiar totalmente los planes de negocio que elaboraron con una previsión de ingresos reconocida por el Boletín Oficial de Estado. La prueba evidente de que no son rentables es que en Galicia hay alrededor de 400-500 megavatios (MW) autorizados, que mañana mismo se podrían construir. ¿Por qué no? Económicamente no son viables.

-¿Cómo casa esto con la puja?

-La reforma eléctrica y la demonización de las renovables estaban sustentadas en que había potencia de sobra y que los parques eran viables cobrando solo del mercado. Ahora surge la subasta y el reconocimiento de que se necesitan 6.500 MW hasta 2020 para cumplir la normativa europea y que hay que pagar una retribución para hacerlos viables. Todos aquellos argumentos se caen por tierra.

-¿No es una oportunidad para Galicia?

-La subasta no va por zonas y carece de una senda en el tiempo para alcanzar los 6.500 necesarios. Es una puja testimonial, de 500 MW. Con el Congreso disuelto, a dos meses de las elecciones y viendo el historial del Ministerio de Industria en estos cuatro años, somos escépticos. Suena a electoralismo. Bienvenida cualquier medida que revitalice el sector, pero esto es como darles una loncha de mortadela a unos niños que no han comido y se quedaron sin recreo.

-Es cierto que el proceso no territorializa la potencia, pero los criterios técnicos sí pueden influir.

-El principal son las horas de viento y Galicia está teóricamente en mejores condiciones porque tiene un mejor viento.

-¿Solo teóricamente?

-Ese mejor recurso queda diluido por las barreras que no hay en otras comunidades, con las que el promotor gallego va a competir. El componente principal de la subasta es el coste y no estamos en igualdad de condiciones por el régimen impositivo específico de Galicia o los planes industriales. Es más, en el resto de España llevan meses, desde que Industria anunció su intención de sacar la subasta, adoptando medidas para mejorar la competitividad de su sector eólico. Aquí ninguna. Si el sector no consigue esa competitividad, en Galicia no se construirán parques.

-¿La Xunta es consciente?

-Antes de verano nos reunimos en con la Dirección Xeral de Industria y le trasladamos nuestra preocupación para que el promotor gallego pudiera concurrir a la subasta y lograr el mayor cupo posible de los 500 MW.

-¿Qué es exactamente lo que piden? Parece impensable aliviar los planes industriales cuando fueron el baremo del concurso gallego.

-Ése es el problema. Galicia se autoimpuso una serie de barreras que impiden que, con el mejor viento posible, los promotores estén en las mejores condiciones para competir.

-¿Qué margen hay cuando la subasta es dentro de un mes?

-Es preocupante. Mientras otras comunidades toman medidas, en Galicia corremos el riesgo de que se repita lo de 2009, cuando por barreras parecidas los parques se quedaron fuera del registro de preasignación y vinieron luego cuatro años de parálisis.