El inesperado fallecimiento de Rosalía Mera, en el verano de 2013, precipitó la sucesión al frente de la fundación Paideia Galiza, en favor de su hija Sandra Ortega Mera, que desde entonces gestiona la obra social, pero también el patrimonio que tenía su madre en Rosp Corunna. Esta sociedad patrimonial, que ostenta el 5% de Inditex, es actualmente propiedad de los dos hijos del matrimonio fundador de la multinacional; de Sandra pero también de su hermano Marcos.

Los herederos tuvieron que reducir capital en esa firma para hacer frente al pago del impuesto de Sucesiones y Donaciones a la Consellería de Facenda. Los hermanos abonaron algo más de 100 millones de euros en este concepto, un 40% de los 251 millones que la Xunta recaudó con esta tasa en el ejercicio pasado. De hecho, gracias a ese pago extraordinario, la Consellería de Facenda consiguió duplicar sus ingresos por esta tasa con respecto a los registrados en 2013.

El pago de los hermanos Ortega Mera representa un 16% de todos los ingresos tributarios que la Xunta tuvo el ejercicio pasado, y cooperó para que se incrementasen un 10%, hasta los 623 millones.

Previsiblemente, el balance de 2015 no dejará unas cifras tan elevadas, que pasarán a ser testimoniales a partir de 2016, después de que el presidente de la Xunta anunciase la exención del pago del impuesto de Sucesiones y Donaciones para los primeros 400.000 euros, lo que supone, según cálculos de la Xunta, eximir del pago al 99% de los ascendientes y descendientes y reducir la factura fiscal del resto.

La rebaja, que Feijóo adelantó en junio sin concretar cifras, supone un guiño al electorado que se ejecutará el mismo año en que se celebrarán las próximas autonómicas, e intentar eliminar la competencia de otras comunidades, dado que muchos gallegos con patrimonio optaban ya por trasladar su domicilio a Madrid para evitar el pago de esta tasa sobre las herencias. En la comunidad madrileña, el impuesto está bonificado al 99% para ascendientes y descendientes, lo que significa en la práctica que los herederos apenas pagan esta tasa.

Hasta ahora, los ascendientes, descendientes o cónyuges gallegos que heredaban estaban exentos del pago del impuesto en los primeros 125.000 euros, lo que situaba a Galicia a medio camino entre las comunidades más baratas y más caras para heredar, pero que llevó a que las renuncias a bienes legados se disparasen. Tal y como en febrero pasado publicó LA OPINIÓN A CORUÑA, cada gallego que hereda paga en impuestos una media de 6.200 euros. Según datos del Consejo del Notariado, en Galicia cada día renuncian a su herencia 150 personas, un 25% más que en 2013 y el doble que en los años previos a la crisis.